Por: Diario El Mercurio

A inicios de marzo, Valeria Rojas (23) comenzó a sentir problemas para respirar. Se hizo exámenes, y los resultados fueron aterradores, tenía una falla pulmonar catastrófica –sus órganos comenzaron a secarse-, lo que obligó a hospitalizarla de urgencia.

Fue tan fulminante su enfermedad, que los médicos la conectaron a una máquina de oxigenación con membrana extracorpórea (conocida como ECMO, o “pulmón externo”), esperando que sus tejidos se sanaran a los pocos días. Pero eso no ocurrió; debió pasar 123 días usando el sistema, hasta que apareció un órgano para trasplantarla, convirtiéndose en un caso excepcional de la medicina.

“Son muy pocos los casos reportados en el mundo de pacientes que hayan salido con éxito después de tanto tiempo del soporte extracorpóreo del pulmón”, dice Sergio Valdés, jefe de la UTI de la Clínica Las Condes, donde la paciente ha estado internada durante estos meses.

Lo mismo sostiene David Lazo, médico cirujano que participó en la operación: “hay casos de pacientes que han estado más de cien días conectados al ECMO, pero sus experiencias no fueron tan afortunadas como la de Valeria, que pudo ser trasplantada exitosamente” , dice.

La joven fue operada el 8 de julio, y hoy se encuentra bien. Está recuperándose y esperando para volver a su casa. “Si bien esta experiencia fue dolorosa, porque uno nunca espera que pasen estas cosas, considero que también ha sido mágica, porque una familia generosa me dio la oportunidad de vivir”, cuenta Valeria Rojas.

Según los médicos, su corta edad y la buena condición de sus otros órganos fueron fundamentales para sobrevivir tanto tiempo con el sistema de oxigenación. El médico tratante de Valeria- dice que los pacientes solo tienen 30% de posibilidades de lograrlo.

Como sus pulmones no se sanaban, los médicos tuvieron que buscar el trasplante. “Cada vez que pasaba el tiempo, eran menos las posibilidades que tenía, pero para nosotros era muy importante no cerrarle las puertas. Lo evaluamos con los equipos médicos, y vimos que era lo mejor”, dice.

Los profesionales de la Clínica Las Condes dicen que otro factor relevante para que Rojas se recuperara fue la buena integración y coordinación del equipo médico. David Lazo dice que esto podría ser digno de estudio, ya que “representa las bondades del manejo multidisciplinario de los pacientes, donde una gran cantidad de profesionales se mueve por un mismo fin”. Precisamente esto es lo que más destaca Valeria de su situación: “El equipo médico se la ha jugado al ciento por ciento por mi caso y han demostrado el amor que tienen por lo que hacen”, dice la joven.

Durante su enfermedad – cuyos costos asumirá en un 100% Fonasa- Valeria estuvo marzo y abril en coma inducido, debido a su gravedad. Se perdió, por ejemplo, el cambio de mando presidencial. “Cuando desperté, me vi conectada a la ECMO. No me di cuenta: la vida se detuvo esos dos meses”, relata.

Su madre, Ana Guerrero, cuenta que esta situación cambió la vida familiar en un segundo. “Hace un año, nunca pensé que iba a tener un hijo tan grave, y ella podía perder la vida en cualquier momento durante estos meses”, cuenta.