Antibióticos: lo que no hay que hacer

Ante cualquier molestia extraña o duda mientras se toman antibióticos, se debe consultar a un doctor. Los efectos secundarios más comunes son la diarrea y la aparición de ronchas, "pero hay otros tan curiosos como la ruptura del talón de Aquiles", explican los especialistas en Infectología de Clínica Las Condes.


Antibióticos lo que no hay que hacer
 

Los antibióticos sólo son efectivos para atacar bacterias, nunca un virus. Como éstas evolucionan, pueden generar resistencia a los tratamientos. Los infectólogos de Clínica Las Condes explican lo que nunca hay que hacer:

No automedicarse:

Si siente síntomas similares a un cuadro tratado con antibióticos un tiempo atrás, no comience a tomarlos de nuevo. Puede que los síntomas sean parecidos, pero que el origen no sea bacterial.

No olvidarse:

Hay que mantener un nivel estable de antibióticos en la sangre. Al olvidar uno, el nivel baja y las bacterias vuelven a multiplicarse, lo que puede generar resistencia en las bacterias y la pérdida de efectividad del tratamiento.

No tomar dos dosis juntas:

Si olvidó una dosis, sólo tómela si lo recuerda al poco tiempo de haber pasado la hora indicada. Si ya está cerca de la siguiente dosis, sólo tome una, porque tomar dos juntas podría tener un efecto tóxico.

No interrumpir:

Aunque los síntomas del cuadro disminuyan, debe finalizar el tratamiento. Interrumpirlo puede provocar una recaída o que las bacterias generen resistencia.

No cambiar por un antibiótico alternativo:

Las equivalencias entre remedios no siempre están clínicamente comprobadas.

No guiarse por mitos:

El antibiótico no pierde su efecto si se bebe una cantidad moderada de alcohol; la contraindicación total de ingerir alcohol sólo se aplica a un reducido tipo de antibióticos, como el Metronidazol, debido a que pueden provocarse efectos secundarios, como taquicardia o bochornos. En cuanto a que sea mejor tomar estos fármacos en ayunas, no se puede generalizar: en algunos casos con el estómago lleno se disminuye la capacidad de absorción; en otros puede aumentarla, y en otros, no afecta. Lo que sí es cierto es que los yogurts ricos en lacto-bacilos protegen el sistema digestivo ante la ingesta de cualquier tipo de antibióticos.