QUEMADURAS

Independiente de la magnitud, una quemadura debe ser evaluada oportunamente por personal de salud idóneo, para evitar complicaciones posteriores y aplicar el tratamiento necesario.

¿Qué se debe hacer para prevenir las quemaduras de invierno?

Las quemaduras representan el 60% de las consultas de urgencia en niños, y el 90% de ellas se producen en el hogar. En invierno, el aumento en la frecuencia se debe a que los niños permanecen más tiempo dentro de la casa, por lo tanto, se exponen a situaciones de riesgo.

Algunos de los agentes causantes son las estufas móviles, líquidos y superficies calientes como planchas, cocinas y con menor frecuencia, pero no menos importante, las quemaduras provocadas por fuego, como incendios, accidentes por jugar con él y otras de origen eléctrico domiciliario. Dadas estas condiciones, la prevención parte por el diagnóstico intradomiciliario de las situaciones de riesgo. Algunas son: instalar mallas de seguridad en estufas para aislarlas además de evitar ubicarlas en zonas de tránsito o de juegos. También ingerir líquidos calientes lejos de los pequeños y no consumirlos con ellos en brazos. Es aconsejable además darles líquidos a los niños a temperatura adecuada, prepararlos sin ellos presentes y no permitir que entren a la cocina cuando se preparan alimentos calientes. Se debe alejar recipientes o hervidores de los bordes de los muebles, fijar a la pared cocinas no encimeras, mantener en buen estado y fuera del alcance conexiones y cables eléctricos y dejar fuera de su alcance materiales combustibles que puedan provocar fuego.

¿Qué se debe hacer ante una quemadura?

Como primera acción, alejar y/o eliminar la fuente de calor del paciente. Luego, enfriar las zonas lesionadas con agua potable a temperatura ambiente, no fría ni hielo, ya que contribuye a dañar más la piel, el tiempo necesario para calmar el dolor, que puede variar entre 10 y 20 minutos. En caso de fuego, envolver al paciente para “apagarlo”, y ante una quemadura eléctrica, desconectar la fuente antes de tocarlo, para evitar una descarga al socorrista. Retirar ropas u objetos que compriman la piel, como anillos, collares, reloj, etc. En caso de quemaduras muy extensas, sacar sólo la ropa suelta y no adherida para evitar mayor dolor y cubrir la zona quemada con paños limpios y secos. Lo que no se debe hacer es utilizar cremas, ungüentos o cualquier elemento de creencia popular, independiente que se indique para ese uso, ya que pueden contaminar, profundizar, infectar las heridas dificultando la evaluación, evolución y el tratamiento inicial.

Independiente de la apreciación de su magnitud, la quemadura debe ser evaluada oportunamente por personal de salud idóneo, para evitar complicaciones posteriores que conlleven secuelas estéticas y funcionales en el futuro.

¿Qué se debe hacer posteriormente para que la cicatriz sea lo más pequeña posible?

Las secuelas estéticas y funcionales dependen de la profundidad, extensión, localización y causa de la quemadura. Una intervención oportuna, desde las primeras acciones en el momento del accidente y posteriormente, la consulta precoz para un diagnóstico y tratamiento adecuados derivarán en el futuro en la recuperación completa, disminución de complicaciones y menos secuelas estéticas, funcionales y psicológicas.