Tratamiento dependerá de las características de cada paciente. ¿En qué consiste?
Se llama
aneurisma cerebral a una anomalía de un segmento de una arteria cerebral que, sometida a presión permanente del flujo sanguíneo, puede llevar a la dilatación de esta, o incluso a la rotura. Es un evento grave, que puede ser muy peligroso, porque al romperse la arteria se genera una gran
hemorragia en el cerebro.
Tratamientos para un aneurisma
El
doctor Felipe Otayza, neurocirujano de Clínica Las Condes, explica que en la actualidad existen básicamente dos
tratamientos para los aneurismas.
"El
tratamiento quirúrgico consiste básicamente en la realización de una neurocirugía. Cuando se llega al lugar del aneurisma se pone un clip de titanio para cerrarlo, aislarlo de la circulación y así evitar que se rompa. Ese es el tratamiento quirúrgico clásico", dice el especialista.
El segundo tratamiento que hoy se indica es el
endovascular. En este caso, se llega al aneurisma a través de una vía de acceso femoral. "Se introduce un catéter que navega por la arteria femoral hasta llegar al cerebro. Una vez allí, se “rellena” el aneurisma por dentro, con una especie de pequeños resortes llamados coils. Ese “relleno” facilita que el aneurisma se trombose y con esto se aísla de la circulación, y se evita que se pueda romper", indica el doctor Otayza.
¿Qué define que se haga uno u otro tratamiento? "Todo depende de las características del aneurisma y el estado de salud de cada persona. El no tratarlos y sólo observarlos, también puede ser una opción a la hora decidir qué hacer con él", señala el neurocirujano.
Por otro lado, a veces, es necesario realizar tratamientos combinados. "Según la anatomía de cada aneurisma y el paciente, se revisa que es mejor, si la cirugía o la
embolización", advierte el doctor.
Factores comunes de accidentes vasculares y aneurisma
El
accidente cerebro vascular isquémico y hemorrágico, junto con los
aneurismas tienen varios elementos en común. Además de ser enfermedades que afectan el cerebro, el riesgo de padecerlas está relacionado con la
edad y con el estilo de vida de las personas.
"Son los clásicos factores de riesgo vascular. La
hipertensión arterial, la obesidad,
altos niveles de lípidos circulando en la sangre, la
diabetes, el sedentarismo. Todos ellos aumentan el riesgo de sufrir algunas de estas tres enfermedades", dice el doctor Felipe Otayza.
La
predisposición genética también se suma como un factor de riesgo, aunque es menos frecuente que aquellos que tienen que ver con el estilo de vida de las personas. "Los que hay que prevenir son los típicos factores de riesgo que se aplican para evitar enfermedades cardiovasculares y del cerebro. Es muy importante", insiste el neurocirujano.
Otro elemento a considerar es el antecedente de
fibrilación auricular (arritmia), pues las personas que tienen este diagnóstico también tienen más posibilidades de tener alguna de estas tres enfermedades.