El Diagnostic and Statical manual of mental disorders en su quinta versión (DSM-5), lo define como un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad – impulsividad que interfiere con el funcionamiento.
Los síntomas deben estar presentes antes de los 12 años, deben estar presentes en 2 o más contextos y los síntomas no se explican mejor por otro trastorno psiquiátrico o neurológico.
Es habitual que a los pacientes nunca se les haya diagnosticado esta condición en sus vida y hayan tenido que hacer importantes esfuerzos por rendir en sus actividades más académicas durante sus vidas (Link a artículo).
Hay veces en que el diagnóstico o su tratamiento puede ser complejo, por lo que se puede requerir la participación de otros miembros del equipo de salud como psicólogos, terapeutas ocupacionales, educadores, etc.
El tratamiento debe ser realizado por un médico con competencias en el tema, e incluyen alternativas farmacológicas (dentro de la más conocida está el metilfenidato) como no farmacológicas, que incluyen medidas para compensar este déficit.