Trastorno de la deglución (disfagia):
Corresponde a la dificultad para el proceso de alimentación. Los principales riesgos de presentar disfagia son la desnutrición e infección del pulmón, conocida como neumonia aspirativa, sumado a la afectación en su calidad de vida y participación social de la persona.
Los principales signos de alerta que nos pueden hacer sospechar un trastorno de la deglución son: Mal manejo de la saliva en la boca, voz húmeda, atoros con la medicación, líquidos o alimentos, atoros nocturnos, baja de peso, necesidad de mayor tiempo para alimentarse.
La probabilidad de presentar disfagia aumenta con la edad, puede presentarse en un 20 a 40% de las personas mayores de 65 años de edad y pueden presentarla aproximadamente un 35 a 45% de las personas con la enfermedad de Alzheimer en sus etapas iniciales, con una tendencia a aumentar su severidad a medida que progresa la enfermedad.
Habla y lenguaje:
Ciertos tipos de deterioros cognitivos debutan con un compromiso gradual de la comunicación, antes que el compromiso de la memoria. Algunas afectan al lenguaje, con la dificultad de encontrar las palabras, organizar oraciones o decir el nombre de las personas y/o objetos.
Por otro lado, existen dificultades del habla que afectan los sonidos de las palabras, con sensación de habla traposa y poco entendible. Los principales signos de alerta son: Sustitución de palabras por otras, problemas para articular las palabras y/o pérdida de la fluidez, dificultad para comprender la información, decir nombres de personas u objetos, problemas para leer, dificultad para escribir.
Estas alteraciones del habla y lenguaje en contexto de un deterioro cognitivo se llaman afasias progresivas primarias y requieren ser evaluadas por un especialista para un correcto diagnostico para su posterior manejo.
En suma, en el caso de sospechar un trastorno de la deglución o del habla y lenguaje, se recomienda realizar una evaluación para tomar las medidas del caso, en conjunto el equipo médico con el fonoaudiólogo.