Embarazo adolescente: La abstinencia como opción

El embarazo no planificado en adolescentes afecta a todos quienes los rodean y las consecuencias físicas, sociales y emocionales son de alto riesgo. La solución: abstenerse de la iniciación sexual hasta estar plenamente preparado.


¿Sabías que, según estudios, en Chile el 40% de los adolescentes escolares ha tenido relaciones sexuales (47% hombres y 32% mujeres) y que al preguntarles sobre el embarazo, la mayoría respondió ‘eso no me va a pasar’? “Es precisamente en este punto donde comienza el error. A partir de la menarquia, la posibilidad de un embarazo es real, y por lo mismo, es fundamental vivir una sexualidad responsable”, señala la doctora Carolina Conejero, ginecóloga de la adolescencia de Clínica Las Condes.

En la mayoría de los casos, los embarazos adolescentes no se dan por que la joven es ‘una loca’ o porque el joven ‘se mete con todas’, sino más bien sucede entre jóvenes que tienen factores de riesgo. ¿Cuáles? Adolescentes impulsivos, con baja autoestima, que tienen falta de habilidades sociales o mal rendimiento escolar. También están aquellos que abusan del alcohol y las drogas, entre otras cosas.

Por otra parte, los expertos indican que también incide el ambiente familiar, pues aquellas familias en las que no se habla de sexo, en las que hay poca capacidad de escuchar o de resolver conflictos, son generadoras de embarazos adolescentes.

Cabe mencionar que la mitad de los embarazos de adolescentes ocurre durante los seis meses siguientes al inicio de la actividad sexual, y el 20% en el curso del primer mes. Como explica la ginecóloga, de estos adolescentes no más de un 30% usó algún método anticonceptivo en ese período aduciendo –como decíamos anteriormente– que estaban convencidos que ‘eso no iba a pasarles’, por lo no planificado del momento del coito, por la ignorancia de los métodos de anticoncepción o por el temor a ser criticados si se protegían o que los padres supieran que tenían actividad sexual.

La abstinencia

En la adolescencia se vive un proceso que llevará a alcanzar la madurez emocional y social. Tener claro quién eres, qué quieres de la vida y ser capaz de visualizar adecuadamente las consecuencias de tus actos, es algo que se produce habitualmente en la adolescencia tardía y no antes. Éstas y otras razones hacen no recomendable tener relaciones sexuales en esta etapa, en especial durante la adolescencia temprana ni media.

Si te inicias en estas etapas, tendrás muchas más posibilidades de experimentar consecuencias negativas emocionales, sociales y espirituales, como un embarazo no planificado o contagiarte una enfermedad de transmisión sexual.

Por esto, los pediatras especialistas en adolescencia coinciden en que lo más recomendable para los jóvenes y lo que conlleva menor riesgo en todos los aspectos, es que posterguen su inicio sexual hasta que realmente se sientan preparados. “Es importante tener conciencia que todavía están en proceso de crecimiento y desarrollo y un embarazo cambia todas las funciones del cuerpo de una mujer. Una buena recomendación es no acelerar los procesos naturales de la vida”, explica la doctora Conejero.

Por otra parte, las consecuencias de un embarazo son casi siempre devastadoras y de por vida. En esta etapa –y lo más probable es que lo hayas visto entre amigos o conocidos– hay una alta probabilidad de que las parejas terminen su relación y que la joven quede abandonada con un daño social y emocional importante. No podemos olvidar que si bien es posible enfrentarlo, un embarazo en la adolescencia es una adversidad mayor que se puede y se debe evitar.

Las dos caras del inicio sexual

La experiencia nos dice que:

  • El inicio sexual puede ser una vivencia positiva o negativa para un joven.
  • Puede traer felicidad o sufrimiento.
  • Puede dejar satisfacción o vacío y, a veces, huellas difíciles de borrar.

Tips para jóvenes

Tienes que saber si estás preparado o no antes de tomar la decisión de tener relaciones sexuales. Un joven preparado se cuida:

  • Se cuida emocionalmente. Con su pareja se siente en confianza, seguro(a), querido(a), respetado(a), valorado(a).
  • Se cuida socialmente (mantiene estas experiencias en privacidad, intimidad)
  • Se cuida espiritualmente (que su decisión y conducta coincidan con sus valores).
  • Se cuida de un embarazo no deseado.
  • Se cuida de las infecciones de transmisión sexual y del Sida.

Tips para padres

  • Es muy importante que lleve a su hija a su primer control ginecológico cuando ocurren los primeros cambios puberales o luego de su primera menstruación.
  • Hay que preocuparse de brindar una adecuada educación sexual a los hijos. Orientarlos sobre cuándo se está realmente preparado para tener relaciones sexuales.
  • Conversar el tema con tranquilidad, sin recriminaciones ni amenazas. Que impere el cariño y la comprensión, en vez de la desesperación.
  • Hablarles sobre la importancia de cuidarse, desde la protección emocional hasta de consecuencias como un embarazo no deseado o enfermedades de transmisión sexual.
  • Generalmente los jóvenes no se detienen a pensar en que algo así podría ocurrirles. Es deber de los adultos hacérselos saber y comprender.
  • Ante un embarazo, siempre hay que escuchar, acoger y apoyar. Ello no significará que aprueban lo que hicieron. Los jóvenes ya saben que lo que está sucediendo es terrible y que “la embarraron”.
  • Ante esta situación es importante que, como familia, se busque ayuda profesional con un especialista en salud mental.
  • Apoyar al hijo o hija para que siga estudiando y ayudarlos en la crianza de la guagua. Facilitar que los hijos avancen en su proceso de desarrollo para que logren completar las tareas propias de esta etapa de la vida y convertirse en adultos autónomos. Esto, obviamente, sin quitarles sus responsabilidades.
  • Hay que preocuparse de prevenir un segundo embarazo. Lo más probable es que si su hijo/a se inició sexualmente siga teniendo relaciones. Hay que abrir los ojos.

El primer control ginecológico

Debe realizarse apenas comiencen los cambios puberales (crecimiento de mamas, aparición de vello axilar y pubiano). Esta es una buena oportunidad para explicarles qué les está pasando y los cambios que vienen.

Lo mismo para realizar educación y prevención de conductas de riesgo y la importancia de la higiene.

En los casos de adolescentes que han iniciado su vida sexual, este control sirve para educación en prevención de embarazo y enfermedades de transmisión sexual. Las mayores de 15 años debieran tener un control al año.