La pandemia por Covid-19 ha producido diversos cambios en nuestras vidas que nos han sometido a diferentes niveles de estrés. ¿Cómo manejarlo? La práctica del mindfulness ha demostrado ser de gran ayuda para combatirlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define
el estrés como el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción. En términos globales se trata de un sistema de alerta biológico necesario para la supervivencia, el que puede gatillarse con cualquier cambio o circunstancia diferente que se presente ante nuestras vidas.
“El trabajo remoto, las clases virtuales, la vida en confinamiento, las dificultades económicas, el distanciamiento familiar y de amigos, el miedo a contagiarnos o haber vivido la experiencia de la enfermedad por Covid-19, podría habernos provocado un aumento de nuestros
niveles de cortisol y, de esta manera, un incremento en nuestro nivel de estrés”, señalan los doctores
de Clínica Las Condes y
Centro Médico Peñalolén.
Agrega que el nivel de estrés dependerá del estado físico y psíquico de cada persona, además de las actividades que realizamos para nuestro autocuidado. Por ello, es importante tomar medidas al respecto.
¿Cómo combatir el estrés?
La especialista asegura que diversos estudios han demostrado la utilidad del
mindfulness para la reducción del estrés. Con el tiempo, se ha ido ampliado su uso a otras patologías encontrando también buenos resultados en temas como:
- Manejo del dolor.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Trastornos del sueño.
- Enfermedades crónicas.
- Cambios positivos a nivel cerebral, en la neuroplasticidad.
¿En qué consiste el mindfulness?
El mindfulness es un tipo de práctica meditativa que consiste en prestar atención al momento presente, sin juzgar. Es poder tomar consciencia del aquí y ahora, con curiosidad, interés y aceptación.
“La buena noticia es que no se necesita ser un experto en meditación para poder practicar mindfulness, ni tampoco cumplir con ningún requisito; solamente se necesitan las ganas e interés de poder estar y regalarnos un momento de conexión con nosotros mismos”, afirman los especialistas.
Es una herramienta que puede ser útil tanto para padres como niños. Los adolescentólogos detallan que “como padres, el mindfulness nos puede ayudar a conectarnos mejor con nuestras emociones, cuerpo y experiencias. De esta manera, podemos conectarnos mejor con las necesidades y estados emocionales de nuestros hijos y responder de una manera más asertiva y empática a ellas. A su vez, nuestros hijos pueden aprender a reconocer y entender mejor sus emociones”.
Algunos ejercicios prácticos
Existen algunos ejercicios que podemos practicar en el día a día y que pueden ser útiles para mejorar nuestra calidad de vida y manejar nuestros niveles de estrés:
- Realizar tres respiraciones de manera consciente. Detenernos un momento, cerrar los ojos y prestar atención a nuestra respiración: inhalación y exhalación, cómo se siente en nuestro cuerpo.
- También se pueden realizar actividades de la vida cotidiana con atención plena. Por ejemplo, al cepillarnos los dientes, bañarnos, comer, lavar la loza, pasear a nuestra mascota, etc.
“Cualquier actividad que realicemos se puede usar para practicar y poner toda nuestra atención en ella, usando nuestros 5 sentidos y conectándonos al momento presente, sin juicios. La idea es que vivamos la experiencia, tratando de que nuestra mente no catalogue nada como bueno o malo, me gusta o no me gusta, entretenido o aburrido, etc. Simplemente observemos con una actitud curiosa, ecuánime y amable nuestra realidad, tal cual como se nos presenta”, explican los doctores.
Asimismo, “el mindfulness también puede ser practicado con los más pequeños de la casa. En momentos en que los niños se ven enfrentados a emociones intensas, como el enojo o la frustración, podemos ayudarlos a centrarse en su respiración: por ejemplo, podemos invitarlos a imaginar que inflan un globo o apagar una vela. De esta manera, se les puede mostrar cómo se infla o desinfla su abdomen con la respiración”, aconsejan.