Una conducta que a muchos les puede parecer extraña, se ha vuelto moda en algunas partes del globo. Pero, ¿es saludable? ¿Qué beneficios puede traer?
Cada vez son más las mujeres que tras dar a luz, consumen la placenta en distintas preparaciones con el fin de aprovechar las hormonas y vitaminas que contiene.
Para el Jefe de Maternidad de la Clínica Las Condes, doctor Pedro Daza, indica que
el consumo de la placenta es habitual en los mamíferos y que en los humanos tiene un carácter ritualista y cultural. En Estados Unidos y algunos países de Europa es una práctica más común.
En la clínica, reconoció el doctor Daza,
algunas pacientes solicitan la placenta y se les entrega refrigerada en un cooler.
A su juicio,
no hay estudios científicos que respalden los beneficios del consumo de la placenta, pero
tampoco investigaciones que señalen que su consumo tiene consecuencias negativas por lo que no ve oposición a que lo hagan.
El doctor Daza explicó que la placenta contiene sustancias que
podrían resultar beneficiosas, entre ellas
oxitocinas, prostaglandinas, péptidos que pueden actuar como analgésicos o altas dosis de vitamina K.
La
placenta es rica en proteínas y de consistencia similar a la de la pana.