¿Preparada para otro hijo?

La llegada de un segundo hijo puede ser tan feliz y especial como la del primero. Estar preparados para los cambios que vendrán es la mejor forma de que los padres y el primogénito disfruten del acontecimiento. 

Traer al mundo otro hijo y cuidar de dos niños, en un principio, puede parecer abrumador. Evidentemente la madre dispondrá de menos tiempo, estará más ocupada y tendrá que hacer malabarismos con sus horarios. Es posible que nuevamente pase noches sin dormir y que, muchas veces, las tensiones de cada día la superen. Pero de acuerdo a la ginecóloga y obstetra de CLC, Susana Aguilera, todo esto es NORMAL. “Todas las mujeres pasan por lo mismo; es parte del proceso”.

 

¿Cuándo tomar la decisión de tener un segundo hijo?

Los estudios demuestran que la óptima diferencia entre hermanos es entre 18 a 60 meses (5 años). “Las mujeres que se embarazan en menos o más tiempo del recomendado tienen más riesgo de tener un hijo prematuro, de bajo peso o muy pequeño. Por su parte, la madre puede sufrir de hipertensión arterial o preeclamsia. O sea, si los embarazos son muy seguidos o muy separados, hay mayores riesgos asociados”, señala la doctora. Esto porque durante el embarazo la mujer sufre cambios, tanto físicos como funcionales, para cubrir las necesidades de desarrollo del niño en formación, del parto y posteriormente de la lactancia. Y la vuelta a la normalidad del organismo es paulatina, necesita un período de recuperación.
 

“Cuando los hijos tienen muy poca diferencia de edad, la mamá no tiene tiempo suficiente para reponerse nutricionalmente, ni tampoco ha logrado recuperar sus reservas de calcio, hierro y folatos; se produce un déficit que puede favorecer futuras complicaciones”. Además, si el parto previo se resolvió por cesárea, hay que darle tiempo a la cicatriz del útero para que esté firme y poder enfrentar un nuevo embarazo.

 

Por otro lado, si pasa mucho tiempo entre un embarazo y otro, para el organismo el nuevo embarazo es como si fuese el primero. La mujer, explica la doctora, de cierta manera se convierte en madre primeriza y eso trae riesgos. “Además, con el paso del tiempo pueden aparecer algunas enfermedades crónicas como hipertensión arterial o diabetes”.

 

En el aspecto psicológico, se recomienda un período de espera similar: cuando los bebés son muy chicos aún se duerme mal, hay que mudarlos muy seguido y las mamás deben estar constantemente atentas, lo que obviamente produce un desgaste anímico. Al año y medio, los niños son algo más independientes y menos demandantes.

 

El Hermano Mayor

 

Es importante saber que no hay una forma correcta o incorrecta de explicarle a un niño la llegada de un nuevo miembro a la familia. Tampoco hay un momento que sea el ‘más’ apropiado. Sin embargo, lo mejor es darle la noticia lo antes posible para que se haga la idea. “Si comienza a hacer preguntas sobre cómo y de dónde vienen los bebés, hay que darle la explicación lo más clara y sencilla posible”, asegura la obstetra.

 

Además, para que el mayor se sienta parte de lo que está sucediendo en su entorno, una buena idea es llevarlo a los controles, hacerlo participar de las ecografías y que ponga su mano en el abdomen de su mamá para percibir los movimientos de la guagua. En definitiva, que se sienta totalmente involucrado. “Jamás hay que dejarlo fuera. Si queda excluido y además siente que le van a ocupar su espacio, comienzan los celos. Y eso es complicado”, dice. También hay que evitar los cambios radicales, por lo que se aconseja ir armando la pieza del bebé de a poco y no cambiar mucho las rutinas.

 

Cuando nace el bebé, hay que darle pequeñas tareas –en la medida que sea posible– para que sienta que está ayudando y que está cuidando a su hermano. Dependiendo de su edad, podrá ir a buscar los pañales, llevar el coche, hablarle o ayudar a vestirlo. Hay que estimular que quiera y acepte a su hermanito y para eso es importante que se sienta integrado en el proceso. “Tiene que ser parte de…; no ajeno a…”

 

Los Cambios

 

Es posible que el hijo mayor experimente diversas emociones: celos, entusiasmo e incluso rencor. Los niños pequeños no pueden verbalizar sus sentimientos y a veces manifiestan regresiones en su comportamiento. Pueden chuparse el dedo, querer usar mamadera o chupete o empezar a hablar mal. Los niños más grandes quizás expresen sus emociones poniendo a prueba la paciencia de sus padres, portándose mal, haciendo rabietas o negándose a comer. Estas actitudes suelen ser transitorias, especialmente si se ha preparado al niño desde antes.

 

“Muchas veces los hermanos sufren retrocesos como una forma de llamar la atención. Cuando esto sucede, los papás nunca deben ridiculizar a sus hijos. Por el contrario, deben conversar con el niño y reforzar el hecho de que él es más grande y que debe estar feliz con su nuevo rol. Si la conducta persiste y no es sólo es para llamar la atención, una buena idea es llevarlo a un especialista”, concluye la doctora.

 

Preparando al Hermano Mayor
 

  • Mirar fotografías de cuando él era guagua.
  • Leer libros sobre cómo nacen los niños.
  • Visitar amigos que tengan niños pequeños.
  • Preparar juntos la maleta para irse a la clínica.
  • Preguntarle qué nombres le gustan para su hermano.
  • Invitarlo a que la acompañe al doctor para que oiga los latidos del corazón de su hermano.
  • Si su hijo no muestra ningún interés por el bebé, no se preocupe y no lo fuerce. Tal vez necesita más tiempo.
El Segundo Parto es más fácil porque
  • Dura Menos: la dilatación suele ser más corta ya que el cuello del útero se borra más rápido. Además, la vagina está más distendida y elástica. Normalmente la mujer se encuentra menos asustada; sabe pujar y colabora en el parto.
  • La Episiotomía: suele ser más pequeña o inexistente.
  • Disminuye la Depresión
  • Posparto: si bien el segundo hijo multiplica el trabajo, no causa tanta ansiedad como el primero y la madre se siente más segura.
  • Las Relaciones Sexuales asustan menos.
  • El Estreñimiento es menor: la mujer tiene menos miedo de ir al baño porque sabe que los puntos (si es que los tiene) no se le van a soltar con los pujos; sigue una dieta rica en fibra con un horario regular y toma mucha agua.
  • Lactancia, la experiencia
  • Ayuda: las mamas ya completaron su desarrollo durante la lactancia previa y la piel es menos sensible.
Cuesta más
 
  • Que el útero vuelva a su tamaño original: es posible que los entuertos (espasmos que ayudan a contraerlo) sean más numerosos y fuertes.
  • Recuperar la Línea: no hay razón médica para tener dificultad en bajar de peso. Quizás sea porque la mujer tiene menos tiempo para cuidarse y practicar ejercicio o porque está tan cansada que no se preocupa de su aspecto físico.
  • Combatir el Cansancio con un bebé en la casa se duerme poco y de forma interrumpida. Es imprescindible la ayuda del padre o de familiares con el primer hijo y en las tareas domésticas.