Hiperémesis gravídica: Más que sólo náuseas

La mitad de las embarazadas sufre náuseas y vómitos al inicio del embarazo, síntomas completamente normales. Otras, en cambio, pueden presentar un cuadro más severo que requiere diagnóstico y tratamiento oportunos.


¿Recuerdas cuando se reveló la noticia de que la princesa Kate Middleton estaba embarazada? Esto, luego de quedar internada en un hospital de Londres producto de los severos malestares que padecía con su incipiente embarazo. El diagnóstico: hiperémesis gravídica, un trastorno que, a diferencia de las náuseas y vómitos que suelen tener muchas mujeres durante los primeros meses de gestación, en algunas llegan a tal punto que pueden tener consecuencias para la madre y el feto.

Según explica el ginecólogo de Clínica Las Condes, doctor Milenko Ivankovic, se trata de un cuadro extremo y severo, que se estima afecta a entre 0,5 y 2% de las embarazadas. “Las pacientes inician los síntomas antes de las 9 semanas de gestación. Las náuseas y vómitos son persistentes (más de 3 a 4 veces al día), se produce una ingesta insuficiente de alimentos y baja de peso corporal, habitualmente cercano a 5% del peso previo al embarazo”.

Además, sostiene, al efectuar exámenes de sangre es común encontrar una alteración de electrolitos (sodio, potasio y cloro), y puede haber alteración de las enzimas hepáticas y hormonas tiroideas. Por ello, siempre es fundamental descartar otras patologías que pudieran explicar estos síntomas, como enfermedades gastrointestinales, del tracto genitourinario, condiciones metabólicas o neurológicas.

¿Por qué se produce?

La causa precisa de la enfermedad no está claramente establecida, pero se han formulado algunas hipótesis al respecto. Una de ellas tiene que ver con los cambios hormonales. “A la hormona gonadotropina coriónica humana (GCH) se le ha asignado un rol sustancial en el origen de esta enfermedad. El máximo de sintomatología suele ocurrir cuando esta hormona está en el nivel más alto. También es más frecuente en embarazos múltiples y en la enfermedad molar (formación anormal de tejido placentario). Curiosamente las mujeres que fuman tienen menores niveles de HGC y estradiol, y menor riesgo de hiperémesis gravídica”.

Por otra parte, algunas embarazadas podrían presentar este cuadro severo secundario a una predisposición psicológica y/o a una mala adaptación al estrés que les implica asumir el embarazo. De forma muy infrecuente existen alteraciones genéticas que determinan la aparición de la enfermedad.

¿Cómo afecta a la embarazada?

Habitualmente las pacientes requieren hospitalización, ya que ven afectadas sus relaciones psicosociales en forma significativa. “Se asocia a cuadros depresivos, síntomas psicosomáticos, hipocondría, dificultades en la relación de pareja y ausentismo laboral prolongado”, advierte el doctor Ivankovic.

De no tratarse a tiempo puede producir encefalopatías por déficit de vitaminas (grupo B), lesiones esofágicas y del bazo, neumotórax y alteración de la función renal. En todo caso, el especialista asegura que los tratamientos actualmente disponibles hacen que sea de muy baja o nula letalidad.

¿Qué efectos puede tener en el hijo?

Las náuseas y vómitos propios del embarazo no tienen efecto sobre el embrión o el feto, pero en los casos de hiperémesis gravídica es más común el nacimiento de niños de bajo peso. Sin embargo, el especialista asegura que no presentan aumento de malformaciones fetales ni alteraciones del desarrollo a largo plazo.

Cabe destacar que tanto en pacientes con náuseas y vómitos durante el embarazo, como en aquellas con hiperémesis gravídica, la frecuencia de aborto es más baja comparado a embarazadas sin síntomas. Un hecho que vendría a reafirmar lo que dice la sabiduría popular: mientras más síntomas presente el embarazo que se cursa, mejor es el pronóstico del mismo.

Pacientes con más riesgo de presentar hiperémesis gravídica:

  • Embarazo múltiple.
  • Historia familiar de la enfermedad.
  • Historia personal de hiperémesis gravídica.
  • Historia de migrañas o enfermedades motoras.

¿Cómo enfrentarla?

  • Lo primero es la prevención. El uso de multivitamínicos desde el inicio de la concepción disminuye la consulta médica por vómitos.
  • La paciente que percibe que sus síntomas son severos debe ser tratada oportunamente.
  • Hacer reposo, evitar los estímulos sensoriales que precipiten los síntomas y llevar una dieta de ingesta frecuente y porciones pequeñas.
  • El médico tratante puede sugerir el consumo de ciertos alimentos en particular y evitar otros de acuerdo a cada caso.
  • Si las medidas anteriores no logran un adecuado control de los síntomas, el médico puede indicar medicamentos.
  • En casos más severos se puede requerir hospitalización para hidratación parenteral, administración de suero, glucosa, electrolitos y otros nutrientes, y se pueden usar medicamentos por administración endovenosa.
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