¿Colesterol alto en niños y adolescentes?

Si la pregunta te sorprende, toma nota: en nuestro país alrededor del 10% de los niños y adolescentes tienen el colesterol alto y, entre los menores obesos, esta cifra se acerca al 25%.


No te preocupes, no eres el único. La mayoría de los padres no se plantea que sus hijos puedan tener el colesterol alto ni tampoco tienen conciencia de qué implicancias tiene este hecho. Niveles altos de colesterol son de los principales factores que predisponen a desarrollar enfermedades cardiovasculares y las investigaciones médicas muestran que muchas de estas patologías tienen su origen en la infancia.

Con el significativo incremento de la obesidad infantil, cada vez hay más niños que corren el riesgo de sufrir este tipo de afecciones. “Además, existe relación entre una mala alimentación y colesterol elevado”, señala la nutrióloga infantil de Clínica Las Condes, Ximena Raimann.

Lo complicado es que el colesterol alto, por lo general, no da síntomas inmediatos, por lo que no es fácil establecer una relación entre la salud del niño y su colesterol. Sin embargo, es fundamental conocer los niveles de colesterol en la sangre del menor, sobre todo si tiene antecedentes familiares de hipercolesterolemia (colesterol alto) o algún pariente con enfermedad cardíaca prematura (por ejemplo, un infarto siendo menor de 50 años), en niños obesos, hipertensos o con diabetes mellitus.

En los menores, el nivel de colesterol alto en la sangre se considera sobre 200 mg/dl (o de acuerdo a su riesgo cardiovascular); en los niños es sobre 170 mg/dl. Además hay que hacer otra diferencia: el colesterol alto por mala alimentación arroja cifras no tan elevadas (en niños es entre 170 y 210 mg/dl) en comparación a aquellas por factores genéticos que pueden superar incluso los 300 mg/dl. Así, a un niño con factores de riesgo se le debiera hacer un perfil lipídico –el mismo que se hace a los adultos– después de los 2 años y antes de los 10.

“Cuando se diagnostica hipercolesterolemia se debe partir por cambiar la dieta y aumentar el ejercicio. Si el peso del niño es normal, hay que preocuparse de disminuir la cantidad de grasa en un 30% de las calorías totales que el niño ingiere, bajar el colesterol de la dieta y aumentar la ingesta de fibra”, comenta la doctora Raimann.

Además, es importante bajar las grasas saturadas (queso, mantequilla, crema, etc.), las grasas trans (frituras y pastelería) y aumentar el consumo de pescados, aceite de oliva, semillas (maní, nueces) y carnes magras. Se debe recalcar que las dietas para niños deben ser indicadas por profesionales ya que los menores aún están en una etapa de desarrollo y la grasa no se puede suspender del todo. Hay niños muy delgados con colesterol alto y por esta razón, es importante aumentarles las calorías de otra forma. Otra recomendación es que los menores con colesterol alto coman productos con esteroles y estanoles vegetales, como leches o yogures suplementados con ellos, ya que ayudan a bajar el colesterol.

”En cuanto al ejercicio, se ha comprobado que este aumenta el colesterol bueno (HDL) y baja los triglicéridos. Es fundamental tener claro que las horas curriculares de actividad física de los colegios, no bastan”, señala la especialista. En cuanto al tratamiento con medicamentos, se debe hacer lo posible para que los niños no comiencen a tomarlos desde muy pequeños, ya que son de por vida.

Según la Asociación Americana de pediatría, estos sólo se pueden recetar para niños de más de 8 años de edad cuando se diagnostica o se sospecha clínicamente que el colesterol elevado es por causa genética. Si bien se ha comprobado que esto no afecta el desarrollo puberal, ha sido una medida muy controversial.

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