Estrés escolar

El término estrés escolar no ha sido definido por la literatura clínica, sin embargo, los niños y adolescentes en etapa escolar se ven enfrentados a situaciones de alta demanda que puede afectar su rendimiento, conducta o relaciones interpersonales.


El estrés escolar puede verse somatizado con expresiones de rabia, ansiedad, inquietud, problemas de memoria a corto plazo, entre otros

Afrontar el período escolar y el estrés que conlleva no es fácil para nuestros hijos. De hecho, muchas veces requiere del despliegue de todas sus capacidades con el fin de adaptarse a los estresores -tanto internos como externos- de acuerdo a la etapa evolutiva alcanzada.

Por esta razón, los síntomas asociados a estrés acompañan a cuadros adaptativos, ansiosos, conductuales y emocionales que afectan el equilibrio del estado psíquico, afectivo, cognitivo y social de los estudiantes.

En el colegio

Las emociones relacionadas con el estrés, y que pueden ser observadas fácilmente por profesores o quienes rodean a los estudiantes, son las displacenteras que están estrechamente relacionadas con las quejas somáticas que los alumnos son capaces de verbalizar. Entre estas se puede mencionar la rabia, la ansiedad, la frustración, el insomnio, el cansancio y diversos dolores.

A nivel cognitivo y conductual aparecen dificultades en memoria a corto y largo plazo, disminución de la capacidad de planificar y organizar tiempos y materiales, falta de atención y concentración, dificultades para mantenerse en su puesto, comerse las uñas y morderse los labios continuamente.

Etapas del estado de estrés

  • Reacción de Alarma: Corresponde a la sensación de estar “agobiado por mil cosas”. Acá aparecen las modificaciones bioquímicas que tratan de compensar el estado de excesiva actividad y proteger al escolar.
  • Fase de Resistencia: Se produce cuando el escolar ya se ha adaptado a la sobrecarga prolongada en el tiempo y se mantienen las modificaciones que compensan la homeostasis.
  • Fase de Agotamiento: El derrumbe del escolar se genera por la falla de las estrategias adaptativas, se desmoronan y las reacciones emocionales, conductuales y cognitivas comienzan a ser visibles.

Al momento de evaluar es importante considerar que un estudiante bajo condiciones de estrés ve afectado su funcionamiento general y pueden aparecer síntomas asociados tales como:


  • Disminución de rendimiento académico
  • Disminución de habilidades cognitivas
  • Disminución en sus habilidades de resolución de problemas
  • Baja motivación o fatiga crónica
  • Baja concentración-atención
  • Baja tolerancia a la frustración
  • Dificultad en la interacción con pares y compañeros
  • Dificultad en la interacción y comunicación con profesores
  • Mayor ausentismo escolar o deseos de no asistir al colegio
  • Aumento de quejas somáticas (dolor de cabeza, dolor abdominal)
  • Conductas ansiosas (rascarse, morderse las uñas)
  • Síntomas de ansiedad o angustia
  • Síntomas depresivos, labilidad o tristeza
  • Problemas conductuales, irritabilidad o agresividad
  • Alteración en el patrón del sueño (insomnio, hipersomnia, somnolencia, pesadillas)
  • Alteración en la alimentación con aumento o reducción de consumo de alimentos

Tratamientos

La Organización Mundial de la Salud, como parte del programa de salud mental escolar, plantea la necesidad de fomentar el desarrollo integral saludable de los alumnos, previniendo así la aparición temprana de patologías del desarrollo.

De esta forma, se recomienda la prevención y el abordaje temprano de síntomas iniciales como por ejemplo:

  • Ejercicios de respiración
  • Relajación muscular gradual
  • Técnicas de resolución de problemas
  • Potenciar fortalezas y habilidades
  • Identificar a padres o familiares que entreguen apoyo emocional
  • Retomar hábitos y horarios adaptativos
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