Mi hijo no es diferente

Niños con 'deficiencia intelectual' y sus padres muestran que, independiente de las condiciones físicas o mentales, sus hijos NO son diferentes. Al igual que cualquier otro niño, tienen las mismas necesidades de afecto, cariño, premios y diversión.

Niños con “deficiencia intelectual” y sus padres muestran que, independiente de las condiciones físicas o mentales, sus hijos NO son diferentes. Al igual que cualquier otro niño, tienen las mismas necesidades de afecto, cariño, premios y diversión.


En un escenario plagado de “normalidad”, Clínica Las Condes busca integrar a todos los niños que tienen diferencias intelectuales y físicas, recalcando que los todos son menores y tienen similares necesidades.


“Como madre uno no hace ninguna diferencia con su hijo, son, los otros, los que los comparan y discriminan... yo a mi hijo lo trato igual que a cualquier otro niño, lo reto, lo castigo, es mi hijo, igual que los otros. Tiene capacidades diferentes, es discapacitado, pero de algún modo, todos lo somos, porque todos necesitamos de alguna forma apoyo en alguna etapa de nuestra vida… ¿o no?”, relata una de las madres que asiste al Centro de Apoyo a Pacientes Síndrome de Down.


Padres de niños con Síndrome de Down, Síndrome de Prader- Willi (retraso mental que se caracteriza por obesidad por apetito compulsivo), Síndrome de Smith Magenis (retraso mental más trastorno severo del sueño) Síndrome de Angelman (retraso mental que involucra movimientos anormales); son algunas de las enfermedades que han hecho que muchas de estas familias se replanteen la forma de mirar la discapacidad como una condición que no diferencia a sus hijos con el resto de los niños que no padecen este tipo de afecciones.


“Los niños con capacidades diferentes, por un lado, presentan algún déficit que les impide desarrollar algunas capacidades consideradas normales en la vida cotidiana. Sin embargo, tienen otras capacidades que son factibles de ser estimuladas, y que facilitan su integración”, cuenta la Dra. Fanny Cortés, pediatra y Jefa del Centro de Genética de Clínica Las Condes.


La gran mayoría de estas enfermedades son de origen genético, y en ellas ha habido grandes avances que permiten el diagnóstico temprano. El diagnóstico precoz mejora las posibilidades de estimulación, rehabilitación e inserción. También permite el diseño de programas de seguimiento de salud específicos tendientes a la prevención y tratamiento oportuno de otros problemas asociados a cada patología.


“Mi hijo cuando nació era como una muñeca de trapo y, tener un diagnóstico a tiempo, te ayuda a ser proactivo y te enseña a saber enfrentar de mejor manera la enfermedad. Para nosotros es un regalo. Nos ha hecho mejores personas. Me siento afortunada porque mi hijo con necesidades especiales, me recuerda todos los días lo que es importante”, cuenta una de las madres.


“A mí mi hijo me ha obligado a sacar otras capacidades que yo no sabía que tenía y que como padre tuve que desarrollar para poder ayudarlo. Ellos ven el mundo de otra manera y eso me ha servido a mí para también conocer otro mundo”, comenta uno de los padres.

Leer articulo completo