La dificultad para aprender a leer y escribir afecta a una de cada cinco personas y puede detectarse de manera temprana, clave para tratarla.
La dislexia, como se conoce a la
dificultad significativa y persistente en la adquisición del lenguaje, que repercute en la lectura y escritura, es la discapacidad de aprendizaje más común en el mundo, y como Albert Einstein, también Steve Jobs, Walt Disney y hasta Leonardo da Vinci, la padecieron.
Aparece de forma inesperada, cuando el niño se inicia en la lecto-escritura e independiente de su capacidad intelectual, cultural o emocional. Hoy, se sabe que tiene diferentes niveles y se están haciendo progresos en su comprensión, identificación e, incluso, superación de ella. ¿Cómo detectarla para buscar ayuda?
Aquí,
algunas señales para detectarla desde la primera infancia y en edad escolar:
Primera infancia:
• Retraso en el habla, el niño puede tener dificultado en el lenguaje expresivo.
• Infecciones crónicas del oído
• Retraso en el establecimiento de una mano dominante
• Confusión de izquierda y derecha.
• Problemas para aprender a atarse los zapatos
• Pronunciaciones impares o sonidos en la secuencia equivocada, ejm: ta-ra-llín (tallarín).
• Dificultad para encontrar la palabra que quiere utilizar.
• Problemas con las palabras que riman.
• Dificultad temprana con nombres de las letras y los sonidos.
• Antecedentes de familiares con problemas de lectura.
Edad escolar: (Además de las anteriores)
• Dificultades para memorizar secuencias arbitrarias, como los días de la semana y meses del año, o en secuencias de problemas matemáticos.
• Deletrear mal su propio nombre.
• Reversiones de letras y números después del primer año.
• Dificultad con el aprendizaje de los sonidos de las letras.
• Con las tablas de multiplicar.
• No aprender a atarse los cordones de los zapatos hasta después de los 6 años.