Trasplante de pulmón

Dejar el balón de oxígeno de lado para realizar actividades que estaban en el olvido, es parte de los beneficios que viven los pacientes que cuentan con un nuevo pulmón.


Lo que hasta hace pocos años era un sueño imposible, la medicina y sus avances lo hicieron realidad. Estamos hablando del trasplante de pulmón, una opción que devuelve la vida a pacientes que por años vieron mermada su calidad de vida, muchas veces conectados a balones de oxígeno, sin posibilidad de realizar actividades que para muchos son cotidianas.

Para el doctor Eli Villalabeitía, cirujano cardiovascular de Clínica Las Condes, el trasplante de pulmón ocurre bajo protocolos estrictamente definidos. “Hay consenso en cuáles son los indicadores que determinan que un paciente no tiene otra opción que esta cirugía”, explica. Entre esos datos están el daño que presente su órgano, el tiempo de vida que le queda al paciente, si es dependiente de oxígeno en forma parcial o completa, o si puede llevar a cabo tareas simples. En suma, su calidad y expectativa de vida.

Las razones que llevan a los pacientes a requerir este trasplante son múltiples. “En el caso de los niños, puede ser por fibrosis quística. En los adultos, fibrosis pulmonar o la enfermedad bronquial obstructiva en sus últimas etapas”, asevera el profesional. El rango etario de los pacientes es muy amplio. Es posible encontrar niños, pero además a adultos mayores. “La edad límite por el momento es de 65, pero existen casos de hasta 70 años”, detalla.

El proceso

Cuando un paciente presenta síntomas de enfermedad respiratoria, se le somete a una serie de exámenes que determinan cuál es su patología. Luego se reúne el equipo de trasplante pulmonar que establece si el enfermo es candidato a la cirugía.

“En caso de que así sea, son inscritos en la lista nacional de trasplantes y cumplen todas las etapas en la medida que esperan el órgano, algo que puede tardar entre uno y dos años”, detalla el doctor Villalabeitía.

Hay características personales que también determinan si el paciente es una persona idónea para el trasplante. Esto también es definido por el equipo a cargo después del trasplante.

Además de la nueva vida que significa un trasplante pulmonar exitoso, el profesional explica que no es llegar e irse a la casa luego de la cirugía. Hay una serie de cuidados que se deben llevar a cabo para no presentar problemas posteriores. “El pulmón es uno de los órganos que más está en contacto con el medio ambiente, por lo que cualquier resfrío o infección es un riesgo potencial”.

Entre las medidas que todo paciente debe tomar está evitar posibles focos de contagio, educación respecto de lo que significa tener un nuevo pulmón y controles médicos. Estos pueden ser tres o dos veces al año, en caso de personas que ya llevan un tiempo trasplantadas, y mensuales en los recientes. Pero fuera de estas precauciones, los pacientes recuperan la capacidad de hacer su vida normal pues ya no dependen del oxígeno para respirar. “Pueden viajar, estudiar, ejercicios básicos, etc.”, explica el doctor.

“Lo más notorio, muchas veces, no es que se aumente la sobrevida, sino la calidad de vida”. El equipo que lleva a cabo los trasplantes pulmonares en Clínica Las Condes está liderado por cirujanos cardiovasculares y torácicos, médicos broncopulmonares especialistas en trasplante, psiquiatra, kinesiólogo, nutricionista y enfermeras coordinadoras, lo que lo convierte en un grupo multidisciplinario que se dedica a cada paciente en forma completa, hasta su total recuperación.

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