Cuando un menor se queja de dolor agudo y severo en un testículo, puede tratarse de una verdadera urgencia que requiere atención médica inmediata.
Si bien usualmente oímos decir en distintos ámbitos de la vida que “ante la duda, es mejor abstenerse”, existen ciertas condiciones bajo las cuales el refrán opera justamente a la inversa. Es el caso de los dolores testiculares, sobre todo en la etapa de la preadolescencia.
¿La razón? A esa edad, y sin mediar causa aparente, puede producirse una torsión del testículo (específicamente, del cordón espermático), que constituye un cuadro de gran severidad. “El dolor testicular es un motivo de consulta frecuente en los preadolescentes, que por lo general obedece a traumatismos o patologías varias como hidroceles, varicocele (dilatación de venas del cordón espermático) o quistes de la zona. Sin embargo, cuando el dolor se manifiesta en forma aguda no recurrente es importante consultar cuanto antes, porque existe la posibilidad de que se deba a una torsión testicular que, de no tratarse dentro de las primeras seis u ocho horas, puede producir la necrosis irreversible del tejido testicular y la consiguiente pérdida de la gónada afectada”, advierte el doctor José Manuel Escala, urólogo infantil de CLC.
De acuerdo a lo que sostiene el profesional, no se conocen exactamente las causas que producen una urgencia de este tipo. Eso sí, es importante recalcar que no se debe a la realización de algún movimiento en particular o a la existencia de antecedentes familiares. “Probablemente tiene que ver con un factor anatómico, pero no hay nada científicamente comprobado. Sólo se sabe que estadísticamente es más frecuente en el recién nacido y entre los 12 y 14 años”, agrega.
Actuar a tiempo
Respecto de los síntomas además de su aparición repentina, el doctor Escala subraya que se trata de un dolor muy intenso, que puede impedirle al niño caminar y acompañarse incluso de vómitos (dada su severidad). “En el examen físico generalmente se observa que el testículo afectado está un poco más elevado, enrojecido y muy sensible al tacto. Si esto se complementa con una ecografía Doppler, es posible constatar que el testículo no tiene vascularización, es decir, no está recibiendo flujo sanguíneo”. Lo anterior permite hacer el diagnóstico diferencial con otras patologías que no revisten la misma gravedad, como la infección al epidídimo, donde la vascularización aparece aumentada (ver recuadro).
Una vez que se diagnostica la torsión testicular, sea completa o parcial, es necesario realizar una cirugía de urgencia que permita destorcer el cordón, fijar el testículo en cuestión y fijar en forma preventiva el testículo adyacente. “Si ya han pasado más de ocho horas, se trata por todos los medios de salvar la gónada afectada y, si eso no es posible, se debe extirpar y proceder a fijar el testículo sano”, destaca el urólogo infantil.
Otras causas de dolor testicular
- Orquiepididimitis proceso infeccioso localizado en el testículo y el epidídimo (estructura que se encuentra en la parte superior del testículo). El dolor se acompaña de inflamación local y enrojecimiento de la piel del escroto. El tratamiento consiste en reposo relativo y la administración de antibióticos y antiinflamatorios. El pronóstico es favorable.
- Torsion de hidatide de Morgagni la hidátide de Morgagni es un pequeño resto embrionario que existe en ambos testículos. Si ésta se tuerce, se produce un dolor progresivo que se exacerba al tocar la porción del testículo donde se encuentra, incluso puede confundirse con torsión testicular. Podría ser recurrente (repetirse varias veces en la vida), pero no representa ningún peligro ya que es una estructura que carece de funcionalidad. El único tratamiento es sintomático, salvo que se vuelva un cuadro recurrente y molesto donde se puede proceder a extraer en forma definitiva.
- Traumatismos las causas más habituales son patadas, pelotazos y caídas. Producen hematomas y por lo general sólo requieren reposo y antiinflamatorios.
Para tener en cuenta
Dada la gravedad de una torsión testicular, cuando no es posible descartarla a tiempo con un equipo técnico adecuado como la ecografía Doppler, es recomendable realizar una intervención quirúrgica (abrir el testículo y fijarlo), para impedir que una eventual torsión pueda producir la posterior pérdida del testículo.
Con la colaboración de Cirugía Infantil y Neonatal-Urología de CLC. José Manuel Escala