Hipertensión arterial en Pediatría

La hipertensión arterial en Pediatría, si bien no es frecuente, aparece con una prevalencia de aproximadamente un 2%, por lo que es importante su diagnóstico precoz para iniciar tratamiento oportuno y evitar las complicaciones tardías.


En los últimos años, la hipertensión arterial en niños ha tenido un importante avance en relación a definiciones, manejo y evolución, aunque persiste el problema de la no detección al no realizar la toma de presión en los controles periódicos.

Este aspecto es fundamental, dado que la hipertensión infantil tiene etiología secundaria en la mayoría de los casos, con origen fundamentalmente renal (70%), por lo es necesario identificar a los pacientes para un correcto y oportuno estudio.

En la edad pediátrica, su prevalecía es de alrededor de un 2%, sin embargo, aumenta progresivamente una vez llegada a la adolescencia.

Por otro lado, se sabe que la hipertensión arterial tiene su inicio en la infancia y, si no existe preocupación en este grupo etario por lograr un diagnóstico precoz, seguirá siendo un problema significativo en las edades más avanzadas.

No hay una definición suficientemente clara en cuanto a cifras, ya que a distintas edades presentan valores diferentes, por lo que se ha definido como hipertensión a los valores sistólicos y/o diastólicos promedios sobre el percentil 95 de acuerdo a la edad y sexo o talla, tomada en tres oportunidades diferentes.

En el pasado, un grupo de niños ha sido considerados como hipertensos ocasionales o lábiles por tener en forma intermitente cifras de presión en límites altos, razón por la cual se les ha definido como portadores de hipertensión del delantal, correspondiendo a cifras cercanas al 45% en algunas publicaciones.

En estricto rigor, se catalogan como tales a aquellos niños que tienen presiones sobre el percentil 95 en la consulta o mientras están en un hospital o clínica, pero sus valores son normales fuera de este ambiente. Idealmente este diagnóstico exige un monitoreo de presión ambulatoria de 24 horas, procedimiento que permite tener múltiples registros de presiones sistólicas, diastólicas, media y del pulso en diferentes condiciones, lo que da una idea clara acerca de los verdaderos valores de presión arterial del paciente.

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