Exámenes neurológicos: descifrando el cerebro

Gracias a la existencia de exámenes cada vez más sofisticados, hoy es posible diagnosticar enfermedades y trastornos neurológicos en forma más precoz y precisa con un positivo impacto en la calidad de vida.


Desde un dolor de cabeza nuevo e intenso a un problema de memoria o la sospecha de un tumor cerebral, son algunas de las razones que pueden llevar a un especialista a solicitar un examen cerebral. Es que si bien un siglo atrás la única forma de efectuar el diagnóstico causal de distintos trastornos neurológicos era realizar estudios patológicos, como biopsias o estudios autópsicos hoy, y luego de décadas de investigación y el desarrollo de nuevas técnicas, los médicos cuentan con herramientas cada vez más precisas y poderosas para diagnosticar y tratar a tiempo diversas patologías.

Tal como explica el doctor Luis Pedraza, neurólogo de Clínica Las Condes, los avances experimentados, sobre todo en cuanto a las neuroimágenes, marcan un claro antes y un después. Y dentro de estas últimas, el escáner (o tomografía computarizada) y la resonancia magnética constituyen verdaderos hitos en la historia de esta especialidad, ya que hicieron posible visualizar en forma simultánea la estructura del cerebro y los cambios en la actividad cerebral a medida que van ocurriendo.

“Cuando un paciente consulta a un neurólogo porque nota que se le duerme la mitad del cuerpo, ha perdido la mitad del campo visual o pasa por períodos de confusión transitoria, entre otras razones, lo primero es efectuar un examen clínico y solicitar exámenes básicos como el escáner o el electroencefalograma.

Según lo que se observe ahí, pueden irse agregando otros estudios más acabados que ayudan significativamente en el diagnóstico y tratamiento, como la resonancia magnética u otros”.

Procedimientos que durante las 24 horas del día y los siete días de la semana se realizan en el Servicio de Diagnósticos por Imágenes (DPI) de Clínica Las Condes, el que cuenta con los mejores especialistas y equipos de última generación.

Principales exámenes

Pese a existir una gama cada vez más amplia de estudios neurológicos, a continuación desciframos los procedimientos por imágenes más solicitados por los especialistas, para qué sirven y cuándo es conveniente recurrir a ellos:

Tomografía computarizada (escáner CT)

Utiliza una combinación de rayos X y tecnología computarizada para obtener imágenes transversales (a menudo llamados cortes), tanto horizontales como verticales del cerebro. Es indoloro y no invasivo y dura alrededor de 20 minutos. Puede detectar irregularidades óseas y vasculares, ciertos tumores y quistes cerebrales, discos herniados, epilepsia, estenosis espinal (estrechamiento del canal espinal), un coágulo sanguíneo o sangrado intracraneal en pacientes con accidente cerebrovascular, daño cerebral de una lesión craneana u otros trastornos.

Resonancia magnética (IRM)

Utiliza radioondas generadas por computador y un campo magnético poderoso para producir imágenes detalladas de estructuras del cuerpo como tejidos, órganos, huesos y nervios. Los usos neurológicos comprenden el diagnóstico de tumores cerebrales y de la médula espinal, enfermedades oculares, inflamación, infección e irregularidades vasculares que pueden llevar al accidente cerebrovascular. También pueden detectar y monitorizar trastornos desmielinizantes como la esclerosis múltiple y puede documentar lesiones cerebrales debidas a trauma. La prueba es indolora y no tiene riesgos, aunque las personas obesas o claustrofóbicas pueden encontrarla algo incómoda. Debido al campo magnético increíblemente fuerte generado por la IRM, los pacientes con dispositivos médicos implantados como un marcapasos deben evitar la prueba.

Resonancia magnética funcional (FIRM)

Produce imágenes en tiempo real del flujo sanguíneo en áreas particulares del cerebro, utilizando las propiedades magnéticas sanguíneas. Puede puntualizar áreas del cerebro que se activan y anotar cuánto tiempo permanecen así. También decir si la actividad cerebral dentro de una región ocurre simultáneamente o en forma secuencial. El proceso de obtención de imágenes se usa para evaluar el daño cerebral de lesiones craneanas o trastornos degenerativos como la enfermedad de Alzheimer, y para identificar y monitorizar otros trastornos neurológicos, como esclerosis múltiple, accidentes cerebrovasculares y tumores cerebrales.

Tomografía por emisión de positrones (PET)

Proporciona imágenes bi y tridimensionales de la actividad cerebral, midiendo los isótopos radioactivos que se inyectan dentro del torrente sanguíneo. Se usa para detectar o resaltar tumores y tejidos enfermos, medir el metabolismo celular y tisular, mostrar el flujo sanguíneo, evaluar a los pacientes con trastornos convulsivos que no responden a la terapia médica y pacientes con ciertos trastornos de la memoria, y determinar cambios cerebrales luego de lesiones o abuso de drogas, entre otros. Puede indicarse como seguimiento para una TC o IRM, para brindar al médico tratante un mejor entendimiento de áreas cerebrales específicas que puedan estar implicadas en ciertos problemas.

Las tomografías se realizan en forma ambulatoria. A partir de 2009, Clínica Las Condes cuenta con un equipo de PET/CT, que conjuga dos tecnologías: una radiológica y otra de medicina nuclear, lo que hace posible obtener imágenes anatómicas y metabólicas del cerebro que son complementarias entre sí.

Ecografía (también llamada sonografía)

Utiliza ondas de alta frecuencia de sonido y una computadora para crear imágenes de vasos sanguíneos, tejidos y órganos. Las ecografías se utilizan para visualizar los órganos internos en funcionamiento, y para evaluar el flujo sanguíneo a través de varios vasos. Sirven para diagnosticar tumores, malformaciones de vasos sanguíneos o hemorragias cerebrales. La ecografía transcraneal puede ayudar en el diagnóstico de enfermedad de Parkinson

Angiografía cerebral

Puede detectar el grado de estrechamiento u obstrucción de una arteria o vaso sanguíneo en el cerebro, la cabeza o el cuello. Se usa para diagnosticar accidentes cerebrovasculares y para determinar la ubicación y tamaño de un aneurisma, o malformación vascular; además, para estudiar la circulación de un tumor cerebral. Generalmente se hace en forma de hospitalización transitoria.

Tomografía computarizada con emisión de un fotón único (SPECT)

Prueba nuclear de obtención de imágenes que impliquen flujo sanguíneo a tejidos; se usa para evaluar ciertas funciones cerebrales. Puede indicarse como seguimiento de una IRM para ayudar en diagnosticar tumores, infecciones y trastornos vasculares.

Electroencefalograma (EEG)

Registra la actividad eléctrica continua del cerebro por medio de electrodos adheridos al cuero cabelludo. Se utiliza para ayudar a diagnosticar trastornos convulsivos y síndrome epiléptico; además, como estudio complementario en tumores cerebrales, daño cerebral de lesiones craneanas, inflamación cerebral, ciertos trastornos psiquiátricos, y trastornos metabólicos y degenerativos que afectan al cerebro. También se usa para evaluar los trastornos del sueño, monitorizar la actividad cerebral cuando un paciente está completamente anestesiado o pierde la conciencia, y apoyo al diagnóstico de la muerte cerebral.

Es una prueba indolora y sin riesgos, y puede durar hasta una hora. El estudio de algunos trastornos requiere hacer el EEG durante el sueño, lo que dura al menos 3 horas.

Clínica Las Condes cuenta con distintos equipos de EEG: estándar; con privación de sueño; con electrodos adicionales; video registro continuo de 1, 2 o 3 horas; continuo 24 horas Holter y video registro continuo (12 horas, 24 horas o varios días).

Potenciales evocados

Procedimientos que miden las señales eléctricas al cerebro generadas por la audición, el tacto o la vista. Se usan para evaluar los problemas nerviosos sensoriales y confirmar afecciones neurológicas como la esclerosis múltiple, tumores cerebrales, neuromas acústicos (pequeños tumores del oído interno) y lesiones de la médula espinal. Los potenciales evocados también se usan para examinar la vista y la audición (especialmente en los bebés y niños pequeños), monitorizar la actividad cerebral en los pacientes con coma, y confirmar la muerte cerebral. Es indolora y no tiene riesgos.

Electromiografía (EMG)

Se usa para diagnosticar disfunciones musculares y nerviosas y enfermedades de la médula espinal. Registra la actividad eléctrica muscular, lo cual refleja la función de los nervios, raíces nerviosas y neuronas motoras. Se evalúa la actividad muscular durante la contracción y en reposo.

Generalmente se hace una EMG junto con una prueba de velocidad de conducción nerviosa (VCN), que mide la velocidad del nervio para transmitir una señal.

¿Qué puede indicar que soy candidato a un examen neurológico?

  • Si presenta dolores de cabeza nuevos y recurrentes, o los que ya tenía se han hecho más intensos.
  • Si sufre episodios donde se le duerme la mitad del cuerpo.
  • Si refiere pérdida de campo visual.
  • Si ha sentido en más de una oportunidad que no encontró las palabras que quería decir o ha sufrido estados de confusión transitoria.
  • Si siente que ha dejado de coordinar un brazo o una pierna.
  • Si se cae con facilidad.
  • Si tiene dificultad para articular palabras (o siente que habla como si estuviera bajo los efectos de una droga).
  • Si presenta temblores o movimientos involuntarios.
  • Si tiene trastornos del sueño que involucren movimientos involuntarios o apneas del sueño.
  • Si está con problemas de memoria.