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Esto es mio

No querer compartir es normal entre los niños pequeños. Los padres, eso sí, deben promover el cambio de esa conducta.


La Catita es hija única y siempre ha sido el centro de atención. Cuando cumplió tres años decidimos celebrarla con sus primos y algunos amigos. En un principio todo salió perfecto, pero cuando llegó el momento de los regalos, el cumpleaños se transformó en un verdadero drama. Uno de los niños trató de ayudarla y comenzó a llorar y a gritar descontroladamente. Fue un momento muy vergonzoso y preocupante”, recuerda Francisca, su madre.

Según la siquiatra infantil de CLC, Flora De la Barra, esta reacción es muy frecuente. “A partir de los dos años, los niños piensan mucho en ellos mismos y aún no saben compartir. A esa edad es normal que tengan una actitud egocéntrica: se sienten el centro del universo, ejercen poder, comienzan a tomar decisiones propias y exploran el ambiente. Esto se acentúa con el tipo de crianza, sobre todo cuando el resto, principalmente los padres, satisfacen todos sus requerimientos y les cuesta poner límites”.

A esto se le debe sumar que en esta etapa los niños pasan por un periodo de oposición, donde prueban su “poder” diciendo a todo que no y, por otra parte, tienen muy poca tolerancia a la frustración, ya que aún no han desarrollado esta capacidad. Según agrega la especialista, esto depende del temperamento de cada niño y, como es de esperar, los menores con carácter fuerte son los más difíciles al momento de compartir.


¿Que Hacer?


Si bien a partir de los 4 o 5 años este comportamiento debiera comenzar a disminuir algo que puede suceder antes si el niño va al jardín infantil (enseñarles a compartir es uno de los objetivos pedagógicos), hay algunas cosas que pueden ayudar frente a esta situación. “Decirles, por ejemplo, préstale los lápices a tu hermana para que puedan pintar los dos juntos. Si en ese momento arma un berrinche, hay que tratar de conversar con él y tranquilizarlo. Explíquele que le van a devolver lo que prestó, ya que muchas veces los niños creen que les están quitando las cosas”.

Otra alternativa es leer cuentos sobre cómo compartir y dar ejemplos cotidianos con los hermanos o los más cercanos: “Pedrito, mira que amoroso es tu papá que está compartiendo su chocolate conmigo. Gracias, papá”, es una frase que contiene un buen mecanismo de enseñanza. Además, hay que tener claro que es más fácil ser generoso cuando hay varias cosas para jugar: el pequeño puede entregar algunas y quedarse con otras.

También se recomienda incentivarlos y reforzar la conducta esperada de compartir a través de un premio social basado en muestras de cariño como abrazos, besos y felicitaciones, ya que son componentes fundamentales a la hora de aprender”, señala la doctora.

Recuerde que no es bueno obligarlo a compartir y que es un proceso que se debe ir dando paulatinamente”.


Recuerde...


Los padres deben ser previsores y planificar con anticipación las ocasiones en las que se espera que el niño comparta. Si su hijo ha invitado a sus amigos a jugar, es aconsejable proponer algunos de estos juguetes y juegos que lo ayuden a interactuar:


  • Juegos de té.
  • Muñecos para vestir y ropa.
  • Teléfonos de juguete.
  • Bloques para armar.
  • Puzzles.
  • Papel y lápices de colores.
  • Plastilina.
  • Pintar con témperas.
  • Tirar la pelota al arco.
  • Columpios.

Con la colaboración del Departamento de Psiquiatría Infantil de CLC. Flora De la Barra.


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