“Cuando comienza la primavera, lo más común es que las mujeres se pongan a dieta. Varios regímenes pasan de mano en mano (sin consultar a un especialista) y éstos, generalmente son de dudosa eficacia, desequilibrados y muchos de ellos muy peligrosos: restringen ciertos alimentos, sólo permiten comer un tipo de nutrientes, dejan las grasas de lado o ponen un límite irrisorio de calorías”, alerta la doctora.
Cuando te saltas comidas o decides comer algo ‘rico’ en vez de un almuerzo saludable, claramente dejas de recibir las proteínas, las grasas saludables y el calcio que necesitas a diario. Debes saber que la falta de calcio te puede causar una osteoporosis futura y que una baja en las grasas te puede llevar –si eres mujer– a una ausencia de menstruación, sequedad de la piel y caída del pelo. Las grasas son muy importantes en la alimentación y deben constituir un 30% de las calorías totales, pero se deben preferir las de origen vegetal (aceite de oliva, palta, almendras, nueces) sobre las de origen animal (mantequilla, crema, grasa de la carne). ¿ Y las frituras? Déjalas para ocasiones especiales.
Por otro lado, esta es una etapa de la vida en que algunos optan por dietas vegetarianas, que si no son supervisadas pueden llevar a déficit de proteínas, vitaminas (como la B12) y minerales (zinc y hierro). ¿Cuáles son las consecuencias? Menor crecimiento, cansancio, anemia, alteraciones en la piel, en el pelo y en las uñas.
Si te preguntas, cuánto es mucho y cuánto es poco a la hora de alimentarse bien, la respuesta es clara: todo depende de la estatura, del sexo, del desarrollo puberal y de la actividad física de cada uno. Lo importante es que cada caso hay que analizarlo de forma individual, pero SIEMPRE preocuparse de comer sano. “Es fundamental el apoyo de un doctor cuando se necesita una dieta, ya que se puede caer en un déficit nutricional o en trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia). Además, es necesario que todos los adolescentes se controlen médicamente una vez al año para chequear cómo está su estado nutricional (peso, talla), su desarrollo puberal y evaluar si la alimentación que reciben es adecuada para esta etapa del desarrollo”, señala. En definitiva, si cambias tus hábitos alimenticios y haces ejercicio, verás cambios impresionantes en tu cuerpo. No sólo se trata del peso, sino también de un organismo sano. ¡Hasta cambia la piel!