Según estudio, pacientes que recibieron un órgano no compatible de donante vivo vivieron ocho años más que quienes esperaron uno de un donante vivo o no obtuvieron uno.
Trasplantar un riñón no compatible desde un donante vivo podría bajar el riesgo de muerte más que no hacer un trasplante o seguir esperando por uno compatible, de acuerdo a un estudio de la Universidad Johns Hopkins (con cuyo hospital Clínica Las Condes mantiene un acuerdo de afiliación).
Según el análisis, los pacientes que recibieron un riñón de un donante vivo no compatible fueron capaces de vivir ocho años más que quienes no recibieron trasplante o esperaron obtener uno de un donante muerto.
“Solíamos decir que si tienes un donante compatible, podrías hacer el trasplante. Ahora puedes decir que si tienes un donante incompatible, aún podemos hacerlo”, dijo Dorry Sergev, investigador de la Universidad Johns Hopkins. “Es muy emocionante para aquellos en lista de espera”, agregó.
“El artículo está mostrando cuánto más viviría un paciente comparado con su siguiente opción disponible”, dijo el especialista.
Lionel Rostaing y Paolo Malvezzi, del Centre Hospitalier Universitaire Grenoble Alpes, en Francia, señalaron que las implicancias de estos resultados “son revolucionarias”, en la editorial que acompañó la publicación del estudio en el New England Journal of Medicine. “Podría salvar vidas y ser costo-efectivo en el tiempo”, agregaron.
Eso, porque el sistema inmune de cada paciente tiene que ser desensibilizado para aceptar el órgano no compatible y, dependiendo de los niveles de anticuerpos, puede tomar unos pocos días o un par de semanas, pero comparado al costo del trasplante, es relativamente menor.