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Embarazo

Semana a semana de la mamá

Un primer síntoma claro, sobre todo en mujeres que presentan ciclos menstruales regulares. También puede presentarse un sangrado más oscuro de lo habitual, denominado sangrado de implantación. Si bien, se puede confundir con el período, éste se muestra con un color algo marrón y durante menos días.

Embarazo de 3 semanas:

¿Sospechas de que estás embarazada? La señal más lógica es la falta de menstruación, un primer síntoma claro, sobre todo en mujeres que presentan ciclos menstruales regulares. También puede presentarse un sangrado más oscuro de lo habitual, denominado sangrado de implantación. Si bien, se puede confundir con el período, éste se muestra con un color algo marrón y durante menos días.

Otras mujeres también presentan cambios en los senos. Se vuelven más sensibles o se notan cambios en las areolas.

A ello, se suman síntomas como cansancio y sueño, mientras que, con los días, se van sumando náuseas y mareos, sobre todo durante las mañanas.

Embarazo de 4 semanas:

Prácticamente estás en un primer mes, donde vas a sentir cambios muy sutiles que se pueden confundir con síntomas premenstruales como congestión mamaria y sensación de peso en la pelvis.

En ocasiones puedes tener un cambio en tus sentidos de olfato y gusto, prefiriendo u odiando olores o comidas que antes no lo hacías.

Si aún tienes ausencia de la regla, entonces puedes realizarte un test de embarazo o contactar a tu ginecólogo.

Es importante mencionar que en ocasiones hay un sangrado algo escaso y atípico que puede ocurrir en un embarazo (sangrado de la implantación) en la fecha cercana a la esperada para la regla. Se diferencia de una regla justamente en ser diferente, habitualmente escasa y de color oscuro o café, en comparación con tu regla habitual.

Embarazo de 5 semanas:

Las náuseas y vómitos pueden aparecer hacia el final del primer mes para lo que debes fraccionar tus alimentos generando mayor número de comidas, pero con menor volumen por vez. Lo mismo ocurre con los líquidos. Si aun así las molestias empeoran, es bueno contactar a tu ginecólogo.

Desde el punto de vista médico, a las 5 semanas desde la última regla, o tercera de embarazo real (por cuanto la fecundación suele ocurrir más o menos 14 días después de la regla) tu ginecólogo puede ver un saco adentro del útero por ecografía transvaginal. De todas formas, al inicio se verá sólo el saco, sin embrión aún.

Embarazo de 6 semanas:

Durante las primeras seis semanas de embarazo tu médico solicitará una serie de exámenes, especialmente de sangre, orina y exploración ginecológica. Estas pruebas tienen la finalidad de saber en qué condiciones empiezas tu embarazo. Al final del primer trimestre también tendrás tu primera ecografía para observar el desarrollo del feto.

Embarazo de 7 semanas:

En esta etapa tu útero se está preparando, por lo que hay un aumento de tamaño progresivo. Si bien, aún no notarás cambios desde afuera, tu cuerpo sí está presentando cambios. De hecho, es probable que sientas molestias uterinas, debido a su aumento de tamaño, y ya hayas notado un aumento de peso, al menos un kilo.

Embarazo de 8 semanas:

El primer examen se hace antes de las primeras 10 semanas para confirmar el diagnóstico del embarazo, su ubicación, edad gestacional, número de embriones y normalidad de las estructuras propias del embarazo. Con la aplicación del Doppler color, se puede también escuchar el latido cardíaco embrionario.

Embarazo de 9 semanas:

Es probable que todavía no se noten los cambios físicos y el embarazo aún pase inadvertido, sin embargo, tú lo tienes muy claro, sobre todo porque en esta etapa varias mujeres sienten las molestias típicas del embarazo. Pero ¡hay buenas noticias! Pronto empezarán a desaparecer.

En esta etapa puede que sufras otras molestias como, por ejemplo, acidez estomacal. Sin embargo, se superan mejorando tu plan de alimentación.

Embarazo de 10 semanas:

Durante este tiempo sentirás que no soportas algunas comidas, sobre todo su olor. De hecho, el olfato se agudiza, provocando desagrado por algunas comidas.

También notarás que tu piel se ve más suave. Esto, porque las hormonas del embarazo y el aumento del volumen sanguíneo provocan cambios en tu piel.

Embarazo de 11 semanas:

El tubo digestivo puede presentar algunas alteraciones como reflujo, distensión abdominal y constipación. Si no tienes síntomas digestivos, es bueno tener precaución con el consumo de alimentos para evitar alzas de peso por sobre lo deseable.

En estas semanas también te puedes sentirte resfriada por el cansancio general y las ganas de dormir, pero sin coriza ni tos.

Embarazo de 16 semanas:

Como pasan las náuseas, debes tener cuidado con el peso que puede dispararse. Por mientras, aquí empieza a notarse un pequeño bultito sobre el pubis que es el útero que sale de la pelvis.

Embarazo de 17 semanas:

Ya comenzamos el segundo trimestre, para muchas el mejor período del embarazo. Aquí tienden a desaparecer las náuseas y síntomas poco específicos del primer trimestre.

Embarazo de 18 semanas:

Las mamas se "estabilizan". Sin embargo, los cambios de pigmentación pueden ser más notorios. Puedes ver señales de vasodilatación, como pequeñas venitas en las mamas u otros signos como facilidad para el sangrado de nariz, en especial en verano.

Embarazo de 19 semanas:

Como el cuerpo ya se va modificando para tomar "forma de embarazo", empezarás a tener más tejido adiposo en las caderas. Además, es posible que tu columna, en especial la región sacra, comience a molestar o, francamente, llegues a tener lumbago.

Embarazo de 20 semanas:

El cambio más notorio es que ya no es posible dejar de percibir el aumento de volumen uterino que tiende a llegar cerca del ombligo o pasarlo. A las 20 semanas, las mamás primerizas tienden a sentir las hermosas primeras pataditas. Las ya expertas, pueden notarlo un poco antes, entre la semana 17 ó 18.

Embarazo de 21 semanas:

Los cambios fisiológicos del embarazo pueden ser más evidentes, por lo que puedes sentir un poco de retención de líquido con ligero edema de pies y menos en las manos.

Durante el segundo trimestre la presión arterial llega a su punto más bajo, por lo que es necesario tener precaución al realizar maniobras bruscas o de gran esfuerzo físico.

Embarazo de 22 semanas:

A esta atura tu vejiga será la primera perjudicada por el aumento de volumen uterino, quedando comprimida. Con esto sentirás -con mayor frecuencia- ganas de ir al baño a orinar. Es normal, no te preocupes.

La sintomatología es similar a las semanas anteriores, pero con mayor volumen uterino. La piel abdominal la puedes sentir tirante por la distensión, por eso es bueno aplicar alguna crema hidratante. Habitualmente ya usarás ropa de embarazada que te quede cómoda.

Embarazo de 23 semanas:

En este período empieza a cambiar el centro de gravedad de la madre, por lo que es bueno tener cuidado al caminar, mientras que esos maravillosos movimientos fetales pueden llegar a ser algo incómodos.

Embarazo de 24 semanas:

Puedes tener alguna disconformidad abdominal por compresión de otros órganos al crecer el útero. El reflujo es un síntoma frecuente. También es posible que aparezcan algunas contracciones, habitualmente indoloras, denominadas de Braxton Hicks, que -de ser muy aisladas- son normales. Si son más frecuentes o intensas, debes contactarte con tu médico o ir a urgencia.

Embarazo de 25 semanas:

Como la vejiga queda aplastada por el útero, puedes sentir ganas de orinar frecuentemente. Eso sí, lo normal es que sea sin dolor ni urgencia, de lo contrario, debes consultar a tu médico. También puede aparecer dolor tipo lumbago, por lo que debes buscar la posición más cómoda.

Embarazo de 26 semanas:

Tus mamas, que siguen creciendo, pueden presentar en ocasiones una secreción llamada calostro, que es un esbozo de leche. Esto se debe a que están en preparación para la lactancia. Hay que tener claro que su ausencia no implica que tu lactancia futura no resulte. Además, no se recomienda la estimulación rutinaria del pezón, pues se pueden generar algunas contracciones secundarias que, de ser frecuentes, pueden generar riesgo de parto prematuro.

Es posible que sientas suficiente edema (retención de líquido) en las piernas, por lo que debes estar pensando en cambiar de zapatos. Se recomienda usar unos cómodos y estables.

Embarazo de 27 semanas:

Los cambios que fuiste experimentando durante las últimas semanas pueden ser más significativos, en especial la compresión abdominal de otros órganos por parte del útero.

Te sentirás más cansada y puedes tener alguna sensación de ahogo moderado, en especial al acostarte de espalda porque el útero comprime los grandes vasos, aorta y vena cava inferior. Busca la opción que te haga sentir cómoda para que puedas descansar bien.

Embarazo de 28 semanas:

A esta altura, en general, se recomienda recostarte de lado, es especial hacia el izquierdo, pues esto mejora la irrigación hacia el útero y facilita el retorno de sangre hacia tu corazón.

El pulso aumenta ligeramente y es frecuente sentir palpitaciones aisladas. Al caminar también puedes sentir un ligero ahogo porque a tus pulmones les cuesta expandirse por la compresión que genera el útero (desde el abdomen hacia arriba). Aprovecha de descansar cuanto sea posible.

Embarazo de 29 semanas:

Como hemos aconsejado, mantén una dieta equilibrada evitando las ingestas excesivas y el ayuno prolongado. Puedes comer una colación entre comidas o en caso de que sepas que la comida oficial se atrasará.

Embarazo de 30 semanas:

Aparecen contracciones algo más frecuentes (pero siempre aisladas) y en ocasiones con algún dolor. No te preocupes, tu hijo está buscando una posición cómoda y puede que eso te genere molestias.

Embarazo de 31 semanas:

El cansancio y la sensación de ahogo serán más frecuentes, así que nuevamente aprovecha de descansar en una posición cómoda. Por ejemplo, al acostarte, puedes usar una almohada entre tus rodillas para que te sientas más cómoda.

Embarazo de 32 semanas:

El lumbago aparece con más frecuencia en esta etapa y se acentúa si ya tenías síntomas. Sin embargo, si no has subido de peso, en esta etapa estarás muy contenta.

Embarazo de 33 semanas:

Tu hijo ya está buscando el canal de parto, así que puedes sentirte incómoda y con ganas de ir al baño. Es normal, no te preocupes.

Embarazo de 36 semanas:

Felicidades, estás entrando en la etapa final de este hermoso proceso. Los síntomas asociados a compresión pélvica de la cabeza fetal suelen aumentar y puede generar la sensación de dificultad para caminar.

Embarazo de 37 semanas:

Si en esta etapa sientes algunos calambres, es normal. Asegúrate de buscar una forma cómoda de dormir. Sigue descansando cuando sea posible.

Embarazo de 38 semanas:

La sensación de piel tirante irá en aumento, así que usa alguna crema hidratante. Pueden aparecer las indeseables hemorroides, por lo que mantén la dieta rica en fibra. Si aparecen algunas várices es normal, usualmente desaparecen o disminuyen notoriamente luego del parto.

Embarazo de 39 semanas:

Cuando la cabeza baja hacia la pelvis puede percibirse una ligera disminución del volumen abdominal. ¿Lo notas?

Embarazo de 40 semanas:

Especialmente en las primigestas, puede eliminarse una secreción roja-rosada, algo gelatinosa, denominada tapón mucoso. Esta secreción viene del cuello uterino y cuando se enfrenta el primer nacimiento suele tener una relación de un par de días antes del inicio de trabajo de parto.

Si bien, la ruptura de membranas (o bolsa) puede ocurrir antes, en esta fecha no es tan rara, de ser así, sentirás una pérdida de líquido claro por la vagina como si fuese orina, pero teniendo claro que no lo es. Este líquido puede tener olor similar al cloro. Si esto ocurre no te angusties, sólo debes contactar a tu equipo médico, tomar tu bolso y dirigirte tranquila a la clínica. Si se confirma el diagnóstico, se tomarán las medidas para que -por fin- nazca y conozcas a tu hijo (a).

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