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Recién Nacido

Cuidados del niño prematuro

Se estima que el 10% de los embarazos termina en parto prematuro, cifra que disminuye a sólo entre 1 y 1,5% en el caso de las guaguas que nacen con menos de 32 semanas de gestación. Entre las causas más habituales que puedan desencadenar un parto antes de tiempo está la rotura de membranas, que se asocia principalmente a infecciones durante el embarazo.

También existen gérmenes presentes en el tracto vaginal que, al tomar contacto con las membranas, hacen que éstas se rompan y produzcan el parto, en ocasiones en forma prematura. También hay otras condiciones de la madre que pueden gatillarlos, como la hipertensión durante el embarazo (preeclampsia), la colestasia (desorden hepático donde debido a una serie de mediadores inflamatorios se producen contracciones uterinas que pueden inducir un parto), los embarazos múltiples y otro tipo de patologías crónicas menos frecuentes como insuficiencia renal o cardíaca.

También cabe mencionar algunas malformaciones anatómicas como los úteros que presentan tabiques (en forma de corazón) o los cuellos uterinos muy cortos que se abren con facilidad.

Por ello, el control prenatal periódico es de suma relevancia, ya que en el caso de que las madres presenten algunas de las patologías antes mencionadas es necesario realizar un manejo adecuado, de modo de aminorar los riesgos de desencadenar un parto antes de tiempo.

Pese a que todos los niños que nacen antes de las 37 semanas de gestación son considerados prematuros, es necesario hacer la distinción con aquellos que nacen antes de las 32 semanas o que presentan un peso inferior a los 1.500 gramos, que debido a su condición de mayor riesgo son considerados prematuros extremos.

Y si bien el concepto de "viabilidad" mundialmente se ha establecido en los 500 gramos y las 24 semanas de gestación, sin embargo, hoy es posible sacar adelante a niños que incluso estén bajo estos rangos.

Los avances médicos y tecnológicos han logrado que los llamados prematuros extremos tengan mejor esperanza de vida que hace décadas. Tanto es así que los límites que se manejan en la actualidad para Chile son aproximadamente 24 semanas de gestación y cerca de 500 gramos de peso.

Esa situación tan auspiciosa ha hecho que los profesionales de la salud se preocupen de la calidad de vida de los que nacieron antes de tiempo y lograron sobrevivir. Ya no se trata solo de que vivan, sino de cómo lo harán. Hay que hacerse cargo de las complicaciones y de las secuelas que los pueden afectar el resto de la niñez, la metodología antigua era dar de alta al niño una vez que superba sus primeras dificultades. Claro que no era raro que luego volvieran a los centros de salid presentando secuelas como parálisis cerebral y problemas neurosensoriales, auditivos y visuales.

A diferencia de lo anterior, hoy en día se debe preocupar del manejo del prematuro extremo, adecuando al niño e insertarlo exitosamente en su medio social, familiar y escolar, con la posibilidad de desarrollar todas sus potencialidades. Para esto el niño debe recibir una atención médica integral con neonatólogos, sicólogos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, como también, neurólogos, fisiatras y oftalmólogos.

Los niños con menos de 32 semanas de gestación, llamados prematuros extremos, suelen padecer complicaciones de corto, mediano y largo plazo. En una primera etapa cuando están hospitalizados, es necesario pesquisar tempranamente las posibles secuelas y trabajar en su prevención.

El prematuro y sus riesgos:

Para entender la gran cantidad de complicaciones que pueden presentar a corto plazo los niños prematuros, es necesario tener en cuenta que se trata de guaguas que nacen cuando la mayor parte de sus órganos y sistemas todavía no están preparados para ello. Por esto se requiere un estricto control y seguimiento para favorecer su desarrollo e impedir la aparición de una serie de trastornos.

Pulmones: debido a su inmadurez, puede ser necesario el apoyo de ventilación mecánica. Algunos niños presentan una patología que se denomina displasia pulmonar, donde son más frecuentes los cuadros obstructivos y hay una menor capacidad del pulmón. Si bien se trata de un trastorno que remite con el tiempo, hay que tener especial cuidado hasta los dos años de vida, para evitar que contraigan virus como el Respiratorio Sincicial, que puede dañar aún más la estructura pulmonar.

Temperatura corporal: son niños que no tienen capacidad de regular la temperatura y se enfrían fácilmente, por lo que muchos deben permanecer varias semanas en incubadoras.

Cerebro: debido a la fragilidad de los vasos sanguíneos, éstos pueden romperse con extrema facilidad y ocasionar derrames cerebrales, por lo que es necesario evitar tratamientos demasiado agresivos que puedan ocasionarlos.

Intestinos: por estar todavía inmaduros, durante los primeros días no pueden recibir leche y son alimentados con una sonda naso gástrica para seguir obteniendo un adecuado aporte de lípidos, glucosa y aminoácidos. Luego, poco a poco se van introduciendo gotas de leche materna, para favorecer así su proceso de maduración. Cabe destacar que las guaguas recién comienzan a adquirir el reflejo de succión y deglución alrededor de las 34 semanas y sólo entonces pueden ser alimentados con pecho o mamadera. Es importante subrayar que el ideal es que los niños prematuros solo reciban leche materna, porque es el alimento que mejor toleran.

Visión: por estar todavía en pleno desarrollo, se deben efectuar controles oftalmológicos en forma periódica, para ver cómo se está formando la retina. Si hay problemas, se pueden realizar técnicas de láser para prevenir complicaciones que, de no tratarse, podrían incluso producir ceguera.

Audición: los problemas de hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva) son más frecuentes en los prematuros extremos, por lo cual debe efectuarse un adecuado control con el otorrino. Por último, se debe tener en cuenta que los niños prematuros deben seguir un camino de observación y cuidado durante algunos años, ya que es frecuente que presenten a largo plazo problemas motrices, neurológicos, hiperactividad, trastornos de aprendizaje y/o lenguaje. Por ello, el seguimiento debe considerar un equipo multidisciplinario integrado por médicos bronco pulmonares, neurólogos, fisiatras, otorrinos y oftalmólogos, todos apoyados por el neonatólogo, que conoce al niño desde su nacimiento.

Consejos a los padres de un prematuro:

• Tener siempre autoconfianza.
• Aceptar este proceso vivencial.
• Considerar que el camino será largo y agotador, pero no menos bueno.
• Tener en cuenta que los resultados se pueden ver en el largo plazo, pero valen la pena.
• Pensar que existe un equipo profesional y humano que siempre estará con ellos.

En la unidad de cuidado intensivo neonatal de Clínica Las Condes se utiliza el Método de NIDCAP, que se basa en la prestación de un cuidado individualizado e intensivo centrado en la familia, dentro del marco del neurodesarrollo. Esto, propicia la participación de los padres como cuidadores principales. Además, se recrea la permanencia del recién nacido en el útero de la mamá, utilizando luces tenues, ruidos controlados, manejo suave y coordinado de estímulos piel a piel y se promueve la visita 24 horas al día

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