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Recién Nacido

Ictericia

Los altos niveles de bilirrubina en el organismo hacen que más de la mitad de los recién nacidos se pongan amarillos, lo que es conocido como ictericia fisiológica.

Es muy frecuente, tanto, que alrededor de 60% de los recién nacidos de término y casi 80% de los prematuros presentan ictericia, un signo clínico que significa coloración amarillenta de la piel, mucosas o la parte blanca del ojo.

Durante la primera semana de vida más de la mitad de las guaguas desarrolla algún grado de ictericia fisiológica, un trastorno generalmente transitorio, que se debe a una inmadurez de los distintos pasos del metabolismo de la hemoglobina, la cual se transforma en bilirrubina, un pigmento amarillo creado a medida que el cuerpo se deshace de los glóbulos rojos y que es eliminado a través de las heces. La acumulación de bilirrubina en la sangre, conocida como hiperbilirrubinemia, hace que los niños se tornen amarillentos.

Tipos de ictericia

La más frecuente, y afortunadamente benigna, es la fisiológica, aquella que aparece entre las 24 y 48 horas de vida y es la respuesta "normal" a la capacidad limitada del recién nacido para excretar la bilirrubina.

Alrededor de 2% se pone amarillo después de la semana de vida por factores en la leche de la madre que bloquean ciertas proteínas en el hígado que descomponen la bilirrubina. Sin embargo, también se puede deber a un amamantamiento insuficiente, de bajo contenido calórico o deshidratación. En ambos casos es importante consultar con al pediatra de forma oportuna.

También existe una ictericia patológica que, aunque menos frecuente, es provocada por una enfermedad de base. Entre ellas están la ictericia por hemólisis, como resultado de la destrucción de los glóbulos rojos debido a una enfermedad hemolítica (enfermedad Rh) o una ictericia relacionada con una función hepática inadecuada, ocasionada por una infección u otros factores.

Tratamiento

Los recién nacidos con ictericia deben ser tratados precozmente, ya que los altos niveles de bilirrubina en la sangre pueden ser dañinos para el cerebro y otros órganos. Es por ello que, ante cualquier sospecha se deben hacer los exámenes necesarios para descartar o confirmar la presencia de hiperbilirrubinemia. En cuanto al tratamiento, este dependerá de diversos factores, entre ellos, la causa y el nivel de bilirrubina.

En el caso de la ictericia patológica, el tratamiento más usado es la fototerapia, al exponer al pequeño a la luz, ésta transforma la bilirrubina de los tejidos y de la sangre en moléculas que son más hidrosolubles y fáciles de eliminar a través de la bilis o de la orina.

Si la ictericia a ojos de la madre va en aumento durante la primera semana de vida o persiste después de las dos primeras, es primordial consultar con el pediatra.

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