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Prevenir el cáncer: se puede

02 de febrero, 2018 Adultos
Pequeños cambios en los hábitos de vida pueden hacer una gran diferencia. Lee los consejos de los profesionales del Centro Clínico del Cáncer de Clínica Las Condes.

El cáncer es evitable. Sí, leíste bien. En la actualidad se sabe que con prevención se puede evitar el 30% de las muertes atribuidas al cáncer. ¿Cómo? Con la modificación de ciertos hábitos en la vida.

Según explica la oncóloga de Clínica Las Condes, doctora Laura Itriago, si bien el 5% de los tipos de cáncer son atribuibles a herencia genética, el resto son espontáneos y su desarrollo depende de condiciones individuales, de factores medioambientales, del tipo de alimentación y de cuánto ejercicio se haga, entre otras cosas. “Si la persona interviene en estos factores, las posibilidades de padecer cáncer disminuyen considerablemente”.

Aquí radica la importancia de educar a la población para que modifique sus hábitos de vida, y que eso se traduzca en una baja en los casos de cáncer: Este es el primer gran objetivo del Centro Clínico del Cáncer de Clínica Las Condes.

 

 

Prevenir antes que curar

 

Antes, los oncólogos se dedicaban mayormente a diagnosticar el cáncer y empezar un tratamiento. Hoy, dado lo que muestran los estudios, se preocupan también de promover una prevención precoz. “Los métodos de pesquisa hoy son más efectivos que antes y están más al alcance de la población; las personas cada vez tienen mayor conciencia de su importancia. Además, en la medida que se logre un diagnóstico anticipado, también aumentan las posibilidades de curar a los pacientes”.

En este trabajo de prevención, existen tres etapas:

Prevención primaria: Es la promoción de una vida saludable e incluye todas aquellas actividades dirigidas a modificar los factores de riesgo que pueden incidir en padecer cáncer, como son el tabaquismo, la exposición al sol sin cuidados, una dieta poco balanceada, baja actividad física y el exceso de alcohol.

Esta etapa es simple, no necesita de la asesoría de un médico e implica promover conductas saludables a todo nivel, las que desde que se incorporan producen un cambio radical en la calidad de vida de las personas.

“Con la prevención primaria, el paciente tiene el poder de controlar su riesgo y disminuirlo”.

Prevención secundaria: Se basa en promover la detección precoz de cualquier cáncer en la población, mediante exámenes médicos periódicos y screening. Estas rutinas pueden incrementar la posibilidad de detectar tempranamente un cáncer, lo que se traduce en mejores tasas de sobrevida.

Prevención terciaria: Dirigida al paciente que ya fue diagnosticado con cáncer, incluyendo tanto los tratamientos que se le dan para mejorar su calidad de vida, como el seguimiento del cumplimiento de ellos. Si se detecta que el cáncer se debe a alguna alteración genética, se realizan estudios a sus familiares como medida de prevención.

 

La salud en tus manos

 
  • No fumar: Evitar el tabaco o decidir dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que se pueden tomar en el tema salud. Se ha visto que el 80% de los cánceres de pulmón están asociados al cigarro. Y en cuanto a los fumadores pasivos, estos tienen entre 20 y 30% más de riesgo de padecerlo. Además del cáncer de pulmón, fumar se ha asociado a cáncer oral, vejiga, cuello uterino y de las vías respiratorias altas como la laringe, faringe y esófago.
  • Vacunas: El virus papiloma humano es un virus de transmisión sexual que puede aumentar el riesgo de cáncer cérvico uterino. La vacuna HPV se debe aplicar antes de que el paciente (hombre o mujer) inicie su actividad sexual. La vacuna de la Hepatitis B previene el cáncer hepático y es administrada a los niños de forma rutinaria.
  • Bloqueador solar: El cáncer a la piel es uno de los más frecuentes y uno de los más prevenibles. Evite el sol de mediodía, prefiera la sombra, use anteojos de sol y sombreros. Use bloqueador solar y replíquelo frecuentemente. Evite el solarium y las camas de bronceado.
  • Alcohol: Lo ideal es no beber y, de hacerlo, no más de un vaso diario, privilegiando el vino ante los destilados. El alcohol se relaciona con cáncer de colon, cavidad oral, esófago, gástrico, de mama y de hígado. El riesgo de desarrollar cáncer aumenta en relación a la cantidad de alcohol consumido y el tiempo.
  • Actividad física: Mantener un peso saludable reduce el riesgo de padecer cáncer de mama, próstata, vesícula, útero, colon, páncreas y riñón. Además, el deporte mantiene oxigenados los tejidos y tiene un importante rol para el control del estrés. Por último, quienes hacen actividad física toleran mejor los tratamientos de quimioterapia.
  • Evite conductas de riesgo: Evitar conductas sexuales de riesgo y la promiscuidad. “tener más de una pareja sexual y no protegerse, expone a enfermedades como VIH, que se asocia a mayor riesgo de padecer cáncer de ano, cuello uterino, linfoma y pulmón”, comenta la doctora.
  • Dieta saludable: Seleccionar alimentos saludables y planificar las comidas diarias ayuda a disminuir el riesgo de contraer cáncer.
    • Lo ideal es una dieta alta en fibras con al menos, 5 porciones diarias de fruta (600 gr.). Entre más color tienen las frutas, más vitaminas poseen. Por sus vitaminas y antioxidantes, los vegetales también son de suma importancia.
    • Es bueno también disminuir el consumo de carnes rojas y preferir las blancas como pollo o pavo, y comer mucho pescado, ya que es una buena fuente de omega 3.
    • Reducir el consumo de grasas saturadas (carnes, lácteos enteros) y grasas trans como galletas y chocolates.
    • Dar prioridad a los aceites de pepa de uva, oliva y maravilla.
    • Tener en cuenta que los alimentos muy cocidos no son sanos –ni siquiera a la parrilla-, ni tampoco los ahumados, los deshidratados o los muy salados. Todos conllevan un mayor riesgo de generar cancerígenos en el intestino.
    • Disminuir el consumo de edulcorantes y aumentar el de sucralosa o miel natural.
    • No a la comida chatarra y, por consiguiente, a las frituras.
    • Preferir frutos secos y semillas, ya que todo lo que aporta fibra ayuda a un mejor tránsito intestinal y, por consiguiente, un menor riesgo de cáncer de colon.
    • Por último, el sobrepeso está relacionado con un mayor incidencia de cáncer de mama y colon.
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