Esta enfermedad autoinmune que afecta mayormente a jóvenes aún es desconocida para muchos. Descubre más sobre ella y los tratamientos que permiten detener su avance.
La
esclerosis múltiple (EM) es una
enfermedad autoinmune que afecta al
sistema nervioso central. En cuanto a su mecanismo de acción, y como en otras enfermedades autoinmunes, se produce una inflamación que es provocada por el mismo organismo que genera una respuesta inmunológica que ataca a zonas específicas, en este caso, el blanco es el
cerebro y la médula espinal.
Causas
La
Dra. Giesela Hornung, neuróloga CLC explica: “al igual que otras
enfermedades autoinmunes es multifactorial y
aún se desconoce su causa. Pero es importante decir que no es una enfermedad genética, pero se puede tener una ligera tendencia a desarrollarla si hay antecedentes familiares. También se ha hablado que hay virus que jugarían un rol dentro del origen de esta
enfermedad, que generan inmunidad cruzada. Es decir, un organismo que es invadido por un virus y si mi
sistema inmune monta una respuesta contra ese virus, que es defectuosa, puedo guardar una
memoria inmunológica no solo para ese virus, sino que con los años va a reconocer erradamente ciertos componentes de mi sistema nervioso central como ajenos y va a ser uno de los elementos que pueda finalmente gatillar una
enfermedad autoinmune”.
Factores de riesgo
La esclerosis múltiple
afecta a personas jóvenes, apareciendo entre los 20 y 45 años. Además, l
as mujeres tienen mayor tendencia a padecerla en comparación a hombres.
Si bien esta enfermedad es poco común en el hemisferio sur, en el hemisferio norte tiene diez veces más prevalencia en la población. Es por esto que la aparición de la EM también se puede asociar a la menor exposición al sol y
déficit de vitamina D.
Síntomas
La especialista señala que los síntomas pueden variar dependiendo de qué
área del sistema nervioso va a atacar el sistema inmune. Entre ellos podemos encontrar:
- Hemiparesia - Debilidad muscular en un lado del cuerpo que puede afectar brazos, piernas o músculos faciales-.
- Ataxia -Deterioro en el equilibrio o la coordinación-.
- Problemas del habla.
- Paraparesia -debilidad muscular en ambos miembros inferiores o superiores- o tetraparesia si el compromiso es de las cuatro extremidades.
- Problemas de retención de orina.
- Problemas oculares y pérdida de visión -que generalmente afecta un ojo a la vez.
- Fatiga -sensación permanente de cansancio-.
Avances en el tratamiento de la enfermedad
“La historia de esta enfermedad cambió, hace unas décadas atrás era otra, en donde no había acceso a tratamiento, ya que eran pocos y de un costo muy alto. Su avance natural iba hacia la discapacidad y se tenía medido el tiempo del diagnóstico hasta que el paciente necesitara alguna ayuda técnica para caminar, ya fuera silla de ruedas, bastones, algún apoyo, y en ese tiempo, la evolución hasta esa fase de la enfermedad era de aproximadamente diez años”, agrega la neuróloga.
Gracias a los avances en la última década sobre los tratamientos de la
esclerosis múltiple y a las nuevas técnicas radiológicas que permiten un
diagnóstico precoz han cambiado el curso de la enfermedad y entregado excelentes pronósticos a los pacientes. Con el
tratamiento adecuado y con controles anuales con su neurólogo, el paciente puede estar 20 años con la enfermedad y no tener secuelas, trabajar y vivir normalmente, ya que los tratamientos disponibles actualmente tienen como objetivo
frenar su avance y no limitar a las personas que padecen EM.
¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida del paciente con esclerosis múltiple?
La Dra. Hornung comparte los siguientes consejos para que las personas con
esclerosis múltiple aprendan sobre esta ella y mejoren su calidad de vida: “Lo más importante para los pacientes es conocer la enfermedad y saber cómo funciona ya que es crónica. Además, se debe tener buena comunicación con el médico porque quienes nos dedicamos a EM, educamos mucho e informamos sobre los tratamientos, porque acá las decisiones son compartidas entre el doctor y el paciente”.
Consejos para el paciente con EM:
- Llevar un estilo de vida saludable
- Dieta equilibrada -de preferencia mediterránea-.
- Realizar actividad física de forma regular.
- Mantener niveles de vitamina D estables o por encima de lo normal.
- Si un tratamiento no funciona o causa malestar, comunicarlo al médico, porque existe la alternativa.