Los síntomas conductuales y psicológicos en las personas con deterioro cognitivo, son un problema muy frecuente.
Suelen ocurrir durante la evolución de un trastorno cognitivo como, por ejemplo, en la
enfermedad de Alzheimer o en otros tipos de demencia.
Los problemas de conducta, además pueden aparecer en otras enfermedades tales como un estado confusional agudo, en algún trastorno psiquiátrico, secundario al uso de fármacos, o también pueden ser un síntoma secundario a un evento estresante.
Es importante mencionar, además, que los trastornos de conducta pueden ser el síntoma con que debuta una demencia, incluso precediendo los trastornos de memoria o cognitivos con los que habitualmente tienden a coexistir en el curso de la enfermedad.
El
Dr. Rafael Aránguiz, neurólogo del
Centro de la Memoria de Clínica Las Condes, explica que son de especial cuidado, aquellos trastornos de conducta que no se explican por trastornos psiquiátricos o de personalidad previos y que comienzan después de los 60 años.
“En este sentido, los síntomas pueden consistir en apatía, ansiedad, trastornos del ánimo, irritabilidad, agitación, agresión física, alucinaciones, delirios (ejemplo: celos injustificados o ideas de robo), conductas repetitivas y desinhibición (ej: compras compulsivas, deshinibición sexual, cambios de hábitos alimentarios, etc)”, explica el especialista.
El Dr. Andrés Glasinovic, médico familiar del Centro de la Memoria de Clínica Las Condes, explica que “estos síntomas pueden llegar a generar un gran estrés, tanto en la persona afectada como en los cuidadores y entorno que los rodea, razón por lo cual es importante identificar su origen y manejarlos de manera integral”.
La primera línea de manejo de los problemas conductuales en personas con deterioro cognitivo, salvo aquellos síntomas muy disruptivos que ponen en peligro al paciente o al entorno, son las llamadas estrategias de manejo conductual, intervenciones en las que no se usan fármacos.
Posteriormente, de tener criterios de gravedad estos síntomas, existen diversas posibilidades de tratamiento farmacológico dependiendo del tipo o intensidad de síntomas. Lo importante es consultar oportunamente ante la sospecha de un trastorno de conducta de inicio reciente.