¿Cuándo extraer las muelas del juicio?

No siempre duelen y, en algunos casos, hasta reemplazan a otra muela perdida, pero su destino debe ser evaluado por un especialista.


Las muelas del juicio o terceros molares comienzan a formarse dentro de los huesos maxilares en etapas más tardías que el resto de los dientes, por lo que su proceso eruptivo aparece, en general, en la adolescencia o etapas tempranas de la adultez.
 
Tienen fama de dolorosas y, de hecho, pueden serlo, pero según explica la doctora María de los Ángeles Fernández, cirujano maxilofacial de Clínica Las Condes, no siempre lo son, sino cuando no existe el espacio suficiente para su ubicación en las arcadas dentarias o erupcionan de manera incompleta, encontrándose parcialmente recubiertas por encía.

Cuando esto último ocurre, puede formarse un espacio entre el tercer molar y la pieza dentaria, explican, donde se acumula placa bacteriana y restos de alimentos que resultan imposibles de eliminar con técnicas de cepillado convencional, lo que puede derivar en pericoronaritis (inflamación y/o infección).

“Si existe una mal posición de estos molares (acostados o lateralizados) pueden producir caries en dientes contiguos o úlceras en la mucosa oral generando dolor. Cuando no se encuentran visibles en la boca pueden estar relacionados a  quistes o generar compresión de raíces dentarias vecinas lo cual también puede generar dolor”, señala la especialista.
 

¿En qué casos hay que extraerlas?

De acuerdo a los cirujanos:
 

• Cuando están mal posicionadas o falta de espacio para su erupción de éstos.
• Si producen dolor.
• Cuando generan lesiones en piezas dentarias vecinas o en la mucosa oral.
• Si están asociadas a procesos inflamatorios como pericoronaritis.
• Si se relacionan a quistes o tumores odontogénicos que afecten a los huesos maxilares.
• En caso de caries dental y/o acúmulo de placa bacteriana.
• Por indicación ortodóncica (cuando lo indica el ortodoncista por problemas de mordida o interferencia con el tratamiento).