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adolescentes viendo su celular

FOMO: la ansiedad provocada por las redes sociales

20 de julio, 2022 Bienestar Psicológico
El uso de diferentes aplicaciones nos permite mantenernos en contacto con los demás, pero también ha influido en la aparición de distintos problemas que pueden afectar la salud mental, como es el caso de este síndrome que explicamos a continuación.

¿Qué es el FOMO?

Son las siglas en inglés de fear of missing out, que en español significa "miedo a perderse algo". Es una nueva forma de ansiedad descrita por los especialistas que se manifiesta por la necesidad compulsiva de estar conectados a través de las redes sociales y los dispositivos móviles prácticamente las 24 horas del día por temor a no enterarse de lo que está sucediendo.

“Las redes sociales son una herramienta que permite conectar a las personas a través de un mundo virtual, funcionando como un medio de comunicación en línea. De esta forma, se logra la mantención de algunas relaciones ya existentes, así como la creación de nuevos vínculos sociales según intereses, gustos o disponibilidad del momento. Sin embargo, su mal uso puede tener efectos negativos y no deseados en la población, especialmente en los adolescentes”, explica Christianne Ellwanger, psicóloga CLC.

¿Quiénes son los más afectados?


Si bien se puede producir a cualquier edad, los jóvenes son quienes están más expuestos a este cuadro de ansiedad, ya que son quienes pasan mayor tiempo en las pantallas y conectados a diferentes plataformas. Según los especialistas, la adicción a las redes sociales se ha transformado en uno de los principales problemas de salud mental en este grupo de la población. Estas se han convertido en una fuente de estimulación constante para las personas, en especial para la población juvenil, en donde pueden publicar y comentar lo que quieran de manera instantánea, queriendo ser parte de cada publicación y comentario del resto, para poder estar “al día” de lo que pasa en la vida de los demás. De esta manera la vida virtual se puede transformar en la protagonista y llevar a una pérdida en la noción del tiempo, del espacio y del contacto social real.

Todo esto podría repercutir de manera no deseada en la salud mental de los niños, niñas y jóvenes, con consecuencias como:
 
  • Alteración del sueño.
  • Alteración conductual, emocional y somática.
  • Dificultades en el proceso de construcción de identidad personal, al no discriminar lo propio de lo externo, y no saber cómo incluir al resto dentro de este propio proceso.


¿Cómo saber si se sufre de FOMO?

Según los especialistas, algunos de los síntomas que pueden hacer sospechar este cuadro son:
 
  • Estar pendiente de las redes al despertarse y antes de dormir.
  • Las redes sociales están presentes en prácticamente todas las actividades cotidianas.
  • Se está pendiente en forma permanente de quiénes hicieron like o comentaron una publicación.
  • Se tiene una sensación de alta autoestima en directa relación con el “éxito” de alguna publicación.
  • Las relaciones de la vida real se empiezan a dejar de lado y se privilegia el contacto virtual.
  • Actividades que antes eran placenteras se dejan de disfrutar y se evitan.
  • Aparece una sensación de ansiedad, soledad o exclusión si no se puede participar en alguna actividad que se muestra a través de las redes sociales.
  • Se produce estrés debido a interacciones negativas con otras personas en redes sociales.


El rol de los padres o cuidadores

Los siguientes son ejemplos de intervenciones que los padres pueden realizar como protección con sus hijos adolescentes:
 
  • Reducir tiempo de uso de redes sociales y de objetos tecnológicos a una o dos horas por día.
  • Definir en familia espacios libres de aparatos electrónicos.
  • Educar en mecanismos de autorregulación, ayudando a equilibrar las actividades online con las actividades offline.
  • Hablar con el/la adolescente sobre el uso de Internet, mostrándole que se confía en sus criterios y en su “no ingenuidad” (al hablar con ellos evitar actitud desconfiada y controladora para llegar a un acuerdo de uso seguro).
  • Trabajar en la comprensión de las consecuencias de lo que se hace y/o se dice en la web.
  • Instruirse en el uso de Internet y redes sociales. Conocer la jerga que se utiliza en ellas.
  • Crear una lista de reglas (sitios a los que puede acceder, tiempos de uso, horarios, contenidos).
  • Ubicar los computadores en lugares comunes (salas de estar) e instalar herramientas de filtros de contenido.
  • Controlar el historial de las páginas visitadas en el computador (si se ha vaciado el fichero, probablemente es por alguna razón). Los adolescentes deben saber que el historial del computador será verificado frecuentemente.
  • Durante la noche, desconectar Wi Fi y dejar los celulares fuera de la pieza.
  • Estar alertas a cualquier variación significativa en el comportamiento físico, cognitivo, emocional y social del adolescente.




 
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