Conoce más sobre este tipo de cáncer que afecta al sistema linfático.
¿Qué es un linfoma?
“En términos generales corresponde al
cáncer que se origina de la
proliferación anormal de linfocitos en diferentes etapas de maduración en el cuerpo.
Los más frecuentes se originan en los ganglios linfáticos. Sin embargo y dado que los linfocitos pueden estar localizados en otras estructuras, también pueden originarse en la medula ósea, tejido pulmonar, tracto digestivo, sistema nervioso central, piel y conjuntiva ocular, entre otros” explica
Pablo Ramírez, hematólogo y jefe del Centro del Cáncer de Clínica Las Condes.
Existen más de
50 tipos diferentes de este
cáncer, sin embargo, los principales subtipos son
linfoma de Hodgkin y
linfoma no Hodgkin. “Las diferencias entre linfomas no Hodgkin y Hodgkin son múltiples y tienen que ver con la biología de la
célula tumoral, la forma de presentación, la evolución a través del tiempo, tipo de terapias empleadas y expectativa de curación. No es que uno sea mejor que otro, son diferentes y el manejo es muy distinto uno de otro” explica el
hematólogo.
Síntomas
Según menciona el especialista, en este tipo de
cáncer los síntomas varían según la edad y el subtipo de
linfoma que afecta a la persona. Entre los más frecuentes podemos identificar:
- Crecimientos ganglionares progresivos, habitualmente indoloros en cuello, axilas e ingle.
- Decaimiento.
- Pérdida de peso.
- Sudoración nocturna.
- Fiebre -en algunos casos-.
- Anemia.
- Infecciones a repetición.
- Sangrados por plaquetas bajas.
Diagnóstico y tratamiento
A diferencia de otros tipos de cánceres o tumores, lamentablemente
no existe un método efectivo para prevenir el linfoma ni adelantarse a su aparición. “Los cánceres prevenibles son tumores sólidos, en los que ciertas intervenciones pueden prevenir la aparición de la
célula cancerosa. Para el caso de los linfomas, al igual que el
mieloma múltiple y la
leucemia, no existen test diagnósticos que muestren la aparición de estas patologías, salvo casos anecdóticos en los que, por casualidad, a un paciente que se tuvo que hacer algunos exámenes por otra razón, se le detectan estos
cánceres en fase inicial”, añadió el Dr. Ramírez.
En cuanto al tratamiento, este depende de cada persona afectada y la gravedad del
linfoma. Por lo general, pueden comprender una o varias terapias combinadas como
cirugía - para ciertos linfomas cutáneos-,
quimioterapia,
inmunoterapia,
radioterapia,
anticuerpos monoclonales e incluso
trasplante de médula ósea.
En cuanto al pronóstico de este tipo de cáncer, el Dr. Ramírez agrega: “los
linfomas más comunes en adultos
tienen una sobrevida y curabilidad que puede sobrepasar el 70% de los casos en términos muy generales”.