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Cirugía infantil y anestesia

24 de julio, 2018 Niños
La anestesia se trata de un procedimiento seguro y no invasivo. ¿En qué consiste y cuáles son las cirugías infantiles más comunes?

La anestesia es uno de los temas que concentra la atención de los padres ante una cirugía de sus hijos, por lo que una de las preguntas frecuentes es si su uso es seguro. Ante esto, el doctor Jorge Godoy, cirujano infantil de Clínica Las Condes, explica que el procedimiento hoy “es muy seguro y monitoreado en todo momento por los anestesistas con un equipamiento no invasivo”.
 
En cirugías infantil es común la anestesia general, pues los niños pueden moverse o alterarse ante cualquier estímulo. “Entendiendo que en muchas oportunidades trabajamos con espacios reducidos y estructuras pequeñas, es fundamental tener al paciente inmóvil”, dice el especialista.
 
En los niños, la anestesia se aplica primero con mascarilla, que los hace dormir, y luego se complementa por vía endovenosa. Si bien algunos medicamentos pudieran producir una reacción alérgica, el doctor Godoy explica que los utilizados en ello son probadamente hipoalergénicos.
 
Para usar anestesia es necesario que el paciente esté en ayuno de 4 horas (si se alimenta de leche materna) o 6 horas (en quienes comen otros alimentos), pues someterlo con el estómago lleno -cualquiera sea su edad- puede causar vómito que, al estar dormido, puede ser aspirado.
 

Principales procedimientos de cirugía infantil

 

Fimosis

 
Todos los varones recién nacidos tienen fimosis, la estrechez de la abertura del prepucio que impide descubrir el glande total o parcialmente, pero va desapareciendo durante la infancia y la pubertad.
 
El doctor Godoy explica que para saber cuándo consultar es necesario saber primero cuándo es normal y eso es en recién nacidos y lactantes menores de 2 años. “El 90% los niños de 4 años logran exponer el glande retrayendo el prepucio, los que no pueden debieran consultar. También deben hacerlo cuando el prepucio de los niños no experimenta ningún cambio desde el nacimiento y cuando ya genera problemas, por ejemplo, para orinar”, dice.
 
Cuando se dan esas circunstancias, hay que consultar al especialista, quien evaluará si es necesaria la circuncisión. “Existen de dos tipos: una en la que se elimina sólo la zona estrecha y el glande queda parcialmente cubierto por piel, y otra total, en la que se elimina todo el prepucio y el glande queda completamente a la vista”, sostiene.
 
La decisión depende de la familia, pero los especialistas recomiendan la circuncisión conservadora, pues el paciente pareciera no estar operado. “Tendemos a hacer cirugías que queden lo más normal posible, pero respetamos cuando la familia quiere que sea circuncidado”, dice.
La cirugía infantil, que es una de las más frecuentes en pediatría, es de recuperación rápida y satisfactoria, por lo que, en general, a la semana los niños retoman sus actividades.
 

Ojo con la apendicitis y peritonitis


 
El apéndice vermiforme es un órgano con forma de cilindro sin salida conectado a la primera porción del intestino grueso. Es considerado vestigial, pues habrá perdido la que era su función en el organismo humano a través del proceso de la evolución.
 
A pesar de no tener una función, sí puede producir problemas, como la apendicitis, una inflamación del órgano, cuyo origen exacto se desconoce, pero suele asociarse a cuadros infecciosos.
 
El cirujano infantil indica que su prevalencia mayor es entre los 8 y 14 años. “Los pacientes en los que se ha detectado coprolito (piedra de excremento) son más propensos a padecer de una apendicitis aguda”, explica.
 
El cuadro es tratable con una cirugía, que hoy se realiza por vía laparoscópica, con sólo una pequeña incisión en el ombligo, mínimamente invasiva, con excelente recuperación y sin cicatrices visibles.
 
Cuando la inflamación del apéndice no es tratada a tiempo, puede producirse una peritonitis, un cuadro más grave debido al rompimiento del apéndice, “que produce la salida de material intestinal o purulento a la cavidad abdominal, inflamando y produciendo acumulo de pus dentro de esta cavidad”, indica.
 
El retardo el diagnóstico de una apendicitis puede desencadenarla y, al igual que ella, es tratada con una cirugía laparoscópica, aunque más larga y con un post operatorio más prolongado, explica el doctor.
 

Hernia inguinal

 
Una hernia inguinal es una protuberancia en la ingle y se produce cuando la pared abdominal anterior se rompe en algún punto y los órganos de esta zona, como el intestino delgado, salen a través del conducto inguinal, lo que se manifiesta como un pequeño bulto en la zona.
 
“La hernia se produce cuando un conducto -que en todas las personas se forma en edad fetal- no desaparece o involuciona. Esta hernia es característica de los niños, pues en los adultos suele no asociarse a la presencia de este conducto, sino a una debilidad en el plano muscular”, sostiene.
 
Un síntoma característico es la hinchazón de la zona abdominal y, en algunos casos dolores punzantes. La única forma de tratarla es por vía quirúrgica. El diagnóstico es clínico y ante la sospecha el paciente debe consultar al cirujano.
 
El doctor explica que es más frecuente en varones y en quienes han sido operados la reaparición es del 1%.
 
La cirugía, en este caso, puede ser ambulatoria y en la mayoría de los casos, el niño puede volver a la normalidad en una semana.
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