Desarrollo y alimentación con labio fisurado

Cada vez son mayores las posibilidades de tratamiento para niños con labio y paladar fisurado. Mientras más pronto se inicie, mejor es el pronóstico a futuro.

La alimentación con labio fisurado es menos complicada de lo que se cree
 

“A los ocho meses de embarazo, en un control ecográfico de rutina, el médico me informó que mi guagua nacería con labio fisurado. Era imposible saber en qué grado, ni si el paladar también estaba afectado… no lo podía creer, no entendía nada, incluso preguntaba si había alguna posibilidad de error”.

Este argumento se repite en aquellos padres que se ven enfrentados a la noticia de que su hijo viene con una de las malformaciones congénitas más frecuentes en nuestro país donde, según la cifra de natalidad, nacen anualmente unos 400 a 450 niños con fisura, estimándose una población de 8.000 afectados, menores de 21 años.

Cabe destacar que, si bien para los padres y cercanos suele ser una situación difícil de asimilar, es importante conocer que la mayor parte de los niños que nacen con fisura de labio y paladar (labio leporino) no presentan otras malformaciones asociadas.

¿Cómo se desarrolla?

La fisura del labio (más frecuente en hombres) y la fisura aislada del paladar (más frecuente en mujeres) se desarrolla en la primera etapa del embarazo, alrededor de la octava semana de gestación, cuando labio y paladar no se logran fusionar normalmente, quedando abiertos en mayor o menor grado: Esto es, desde una leve fisura en el labio (denominada frustra o cicatrizal), a otros más severos, con compromiso completo de uno o ambos lados del labio, la nariz y el paladar.

“Un niño puede sufrir fisura de labio o fisura de paladar, o una fisura de ambos, que es lo más frecuente. El grado de deformación del labio o el paladar puede variar enormemente”, agrega la doctora Ford.

La alimentación

“Hay mucha aprehensión en relación al nacimiento de un niño con una fisura de labio y paladar”, explica la doctora Alison Ford, cirujano plástico y reconstructivo del Programa de Fisurados de Clínica Las Condes.

“Los padres y el personal de salud no habituado al tema, muchas veces piensan que el recién nacido no podrá alimentarse en forma normal. Hay algunos niños que pueden tomar pecho sin problema, otros se alimentarán con mamaderas normales o con chupetes o mamaderas más blandas, pero la alimentación de estos bebés se aprende rápidamente”, agrega la especialista.

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