En la mochila escolar debe caber lo justo, no todos los materiales. Esto, porque mientras menos peso carguen, mejor para la espalda de los niños.
En las mochilas de los niños cabe de todo: los libros, los cuadernos, la colación, el almuerzo (cuando lo llevan de la casa), los juguetes y parte de la ropa de abrigo con que salen en la mañana. El problema es que aunque eso parezca ideal, porque así pareciera que nada se les olvida, en la práctica
el sobrepeso termina afectando la columna.
“Los padres deben tener conciencia de que
la mochila tiene que ir desde los hombros a la cintura del niño y que no debiera cargar más del 10% de su peso. Ojalá menos”, explica el traumatólogo infantil
Alejandro de la Maza.
Por eso, comprar una mochila en la que
no haya exceso de espacio obliga a los niños y a los padres a seleccionar lo que el niño va a llevar al colegio y, en esos términos, a priorizar lo realmente necesario.
Sobre la mejor manera de llevar la mochila, el especialista comenta que
no deben ser transportadas sólo en un hombro o con exceso de peso, porque “puede causar
problemas de columna, malas posturas y cifosis dorsal (con los hombros hacia delante)”.
Así,
la mejor manera de usar una mochila es sobre los dos hombros e, idealmente, usar las que tienen un cinturón, de manera que el peso quede distribuido en las caderas.
En cuanto a la organización interna de los materiales, si tu niño va a llevar algún elemento más pesado, trata que
esos artículos queden más próximos al centro de la espalda.