¿Camina bien mi hijo?

Esta es una de las principales aprensiones de padres con niños de edades entre los 2 y 5, una de las razones para la primera visita al traumatólogo.

¿ Se ha fijado que muchos niños caminan en punta de pies o con las puntas hacia adentro o las rodillas juntas? ¿Sabía que los menores pueden demorar hasta una década en acomodar su andar?

“Si bien, el cómo caminan los niños es una preocupación constante entre los padres, en la mayoría de los casos no hay que alarmarse”, señala el traumatólogo infantil de Clínica Las Condes, Hernán Guzmán.

“Hay que entender que la adquisición de la marcha normal toma varios años ya que es un proceso de acomodación de la musculatura y de los ejes del esqueleto. Por esto, hay menores que pasan por etapas donde aparentemente caminan mal”, señala el especialista.

Según el médico, a los niños hay que permitirles que caminen de la manera más natural posible. Los andadores y todos los artefactos externos que se supone los ayudan a iniciar su camino, no son recomendables. Tampoco los zapatos formativos, reforzados y ortopédicos, que sólo sirven, o más bien sólo deben ser usados en casos de que haya existido una cirugía, en caso de deformaciones o para corregir el eje.

“Hay que tener claro que los zapatos terapéuticos no ayudan a que los niños caminen mejor. Los zapatos deben servir para abrigar el pie pero con libertad de movimiento. Deben ser flexibles y cómodos. Y si es posible, lo ideal es que los niños caminen descalzos, que hagan actividad física y que se cuiden de no tener sobrepeso”, agrega.

Por otra parte, es importante aclarar que el que tengan las rodillas juntas es natural entre los 3 y 5 años, pero debe ser algo simétrico. En cuando al pie plano, el doctor señala que el arco longitudinal del pie no se forma antes de los 4 a 5 años. “Si el pie es flexible, no importa que no exista arco. Incluso, en aquellos niños que después de los 5 años tienen pie plano, no se ha demostrado que las plantillas sean capaces de formar el arco. El uso de plantillas sólo sirve en caso de color”.

En cuanto a los niños más laxos (aquellos que tienen un aumento en la elasticidad de los músculos, ligamentos y tendones) hay que saber que tienden a tener las piernas más juntas y los arcos más caídos. En este tiempo de menores, hay que estar atentos al sobrepeso y fomentar en ellos la actividad física.

Por último, los niños necesitan tratamiento cuando hay retroceso en la marcha o una marcha patológica. Esta es la que está relacionada con una cojera o alteraciones rígidas de los pies. También cuando existe dolor.


Signos de alerta


  • Demora en caminar: que exista un atraso en la marcha del niño; que no camine a los 18 meses.
  • Alteración del eje asimétrico: que tenga una pierna en un eje y la otra en otro. Que, evidentemente, las piernas no sean iguales y que el desvío vaya aumentando y no mejore durante el crecimiento.
  • Deformidades rígidas en los pies: que tenga los pies en posición fija. Esto queda claro cuando los pies no se acomodan a los zapatos.
  • Si presenta dolor.
  • Posturas viciosas: un claro ejemplo son los niños que caminan en punta de pies. Esto no es una gracia en el caminar, es algo patológico que debe ser tratado.
  • Que el niño tenga poca fuerza en sus extremidades.