Fracturas

Ante un hueso roto, la prioridad es el manejo del dolor y evitar que se produzca más daño en los tejidos circundantes. ¿Cómo hacerlo?

 Las fracturas son lesiones que afectan a los huesos del cuerpo y su capacidad de funcionar como estructuras de soporte. Se acompañan de dolor, aumento de volumen y ocasionalmente equimosis (moretón) en la zona.

Puede existir una deformidad evidente cuando ocurre en huesos largos y estos se han desplazado alterando los ejes, pero en fracturas de huesos pequeños, como los de las manos y los pies, puede no ser evidente esa deformidad.

La impotencia funcional, es decir, que la extremidad ya no pueda moverse o cumplir su función, también es característica de fracturas, sin embargo, en ocasiones puede ser incompleta o estar impactada permitiendo la movilización de la articulación a pesar del dolor.

Las fracturas incompletas son más frecuentes en niños, por lo que puede ocurrir que el afectado siga caminando o jugando con dolor.

¿Qué hacer?

La prioridad frente a una fractura es el manejo del dolor y evitar que se produzca más daño en los tejidos circundantes. La movilización de los fragmentos de hueso genera dolor intenso y tiene el riesgo de generar daño en los tejidos blandos, pudiendo llegar a exponerse a través de la piel transformándose en una fractura expuesta. Es por eso que la primera medida es la inmovilización apropiada de la extremidad.

La forma más fácil y efectiva de inmovilizar una fractura de huesos largos (brazos o piernas) es con el uso de un elemento externo que les dé soporte manteniendo la extremidad alineada en su eje. Esto se puede lograr con una tabla, varilla o incluso una frazada enrollada por ambos lados de la extremidad.

En casos extremos, se puede lograr una inmovilización transitoria para trasladar al paciente, usando la pierna contralateral como soporte o amarrando el brazo a lo largo del tronco del afectado. Al manipular una extremidad fracturada, se debe mantener tracción en el eje de esta para estabilizar la fractura y minimizar el dolor y daño secundario.

Situaciones especiales

Casos especiales como fractura de columna requieren inmovilización completa del afectado con una tabla espinal. Hasta tenerla disponible, no se debe movilizar.

Si la fractura se acompaña de una herida, existe el riesgo de que se haya generado exposición ósea, puesto que los bordes de un hueso fracturado pueden ser afilados. En ese caso, se debe cubrir la herida con material lo más limpio posible y llevar al afectado a un servicio de urgencia a la brevedad.

Frecuentemente se piensa que frente a una fractura se pierde la capacidad de movilizar la extremidad, pero en ocasiones las fracturas incompletas o impactadas se presentan con dolor manteniendo una función parcial.