Peleas en el jardín

El jardín infantil es donde los niños aprenden a sociabilizar aunque muchas veces este aprendizaje se inicia a combos y patadas.


El primer mes de Pablito (3 años) en el jardín fue un desastre. Desde que llegaba hasta que se iba lo único que hacía era pelear con sus compañeros. Cuando las tías hablaron con sus papás, no lo podían creer, en la casa era un niño sumamente tranquilo. Claro, era hijo único y era la primera vez que le tocaba compartir con sus pares. Como explica la doctora Francisca Corona, pediatra de Clínica Las Condes, el caso de Pablo es completamente normal. “Las peleas no sólo son típicas a esta edad sino que, además, normativas, forman parte integral del desarrollo de los niños y son necesarias para aprender a sociabilizar”. La clave está en el trabajo conjunto de los educadores y los padres, quienes deben mediar oportuna y adecuadamente para corregir las malas prácticas.

Esto es mío

El clásico “esto es mío” es el principal gatillante de peleas entre los niños en la edad preescolar. Y existe una serie de estrategias que pueden ayudar a que el niño aprenda a relacionarse con sus pares de manera pacífica y, según la doctora Corona, en la gran mayoría de los casos son muy efectivas.

1. Enseñar a turnarse, a repartirse los juguetes y a compartir es el primer gran desafío.

2. Sentarse con el niño y mostrarle como los otros juegan, siempre con el énfasis en lo positivo: “Mira qué generoso”. “Mira qué bien lo pasan cuando comparten.”

3. El tiempo fuera. Aquí, el mensaje es que la agresividad se sanciona saliendo del medio social. Debe ser un minuto fuera por año del niño y siempre bajo la supervisión de un adulto.

4. Mostrarle al niño el otro uso de su cuerpo. Que las manos sirven para hacer cariño, los pies para saltar y la boca para dar besos, no para pegar, patear o morder.

5. Inculcar la empatía. El niño debe entender que sus golpes duelen y que jamás se debe devolver una agresión con otra agresión.

Cuándo preocuparse

Cuando las estrategias que se imponen los educadores y los padres no funcionan y, por el contrario, la conducta agresiva del niño se hace reiterativa, es necesario consultar con un especialista. Según la doctora, los patrones de agresividad si no se corrigen cuando niños, se pueden perpetuar en la adultez porque el menor aprende que, socialmente, el mecanismo funciona. “Una conducta agresiva repetitiva puede deberse a una serie de causas, entre ellas: tener un modelo de pelea aprendido en la casa, donde está legitimado pelear y golpearse; puede ser un signo de un descontrol de impulsos; de que el niño sea testigo de violencia en su familia o, incluso, que sea víctima de abuso. De ahí la importancia de consultar con un psicólogo infantil a tiempo”, concluye.

La televisión es un pésimo aliado a la hora de controlar la agresividad en los niños, porque se desensibilizan ante la violencia y la aceptan como normal. Aquí algunos consejos:

  • Poner límites: Es fundamental limitar el tiempo frente a la TV. Cero pantalla hasta los dos años y, más grandes, no más de dos horas al día. La televisión nunca debe estar en las habitaciones de los niños.
  • Planear qué se ve: Los padres deben decidir qué programas se van a ver en la casa y no dejar que los menores hagan zapping. La TV se prende cuando comienza lo elegido y se apaga cuando termina.
  • Vea tv junto a sus hijos:Cuando le sea posible, siéntese con ellos y comente lo que están viendo.
  • Comerciales: Explíquele a sus hijos que el propósito de ellos es hacer que la gente quiera cosas que no son necesarias.
  • Dar opciones: Ver TV fácilmente se puede convertir en un hábito. Ayúdelos a entretenerse con otras cosas como jugar, leer, hacer algún deporte.
  • Sea un buen ejemplo: Limite su tiempo frente a la TV.