BlogVolver al blog

Mujer comiendo brócoli

Cuando el peso se hace una obsesión

02 de junio, 2020 Alimentación saludable
Este 2 de junio se conmemora el Día Mundial de los Trastornos de Conducta Alimentaria, con el fin de tomar conciencia acerca de estos desórdenes que, si no se tratan a tiempo, pueden causar graves daños en la salud.

Los trastornos alimentarios son un problema serio que afecta cada vez a más personas, en su mayoría mujeres y hoy, en este contexto de cuarentena y pandemia por COVID-19, es importante estar atentos.

Estas conductas se caracterizan por los intentos reiterados por controlar la alimentación -debido al miedo intenso a engordar- y la exageración de la importancia del peso o de la figura corporal en la autoevaluación de la persona. Esta combinación termina influyendo de forma importante en la salud de la persona y en su familia.

De esta forma, podemos ver a algunas mujeres que, en el intento por controlar su peso, se someten a dietas muy estrictas, de muy pocas calorías al día, mientras otras, al no ser capaces de sostener periodos tan largos de ayuno, terminan en grandes comilonas o atracones.
Algunos casos pueden llegar a ser tan severos, que incluso se debe recurrir a la hospitalización para entregar un tratamiento adecuado.

Junto a María Ignacia Burr, psicóloga del Centro de Nutrición y Cirugía Bariátrica de Clínica Las Condes, te contamos cuáles son los problemas más comunes y cómo reconocer los síntomas para consultar a tiempo y lograr la recuperación física y emocional de cada paciente. 

 
 

Bulimia nerviosa (BN)

 
 
Se caracteriza por la intención de una restricción alimenticia que es interrumpida en forma constante por atracones o “binges” (episodios en que se come una gran cantidad de comida, con una sensación de pérdida de control sobre la ingesta). La cantidad consumida va alrededor de 1000 a 2000 calorías. Estos atracones son seguidos de acciones para compensar las calorías ingeridas.
El peso corporal no sufre grandes variaciones, y puede ser normal o aumentado en forma leve a moderada.
 
 

¿Qué conductas hacen sospechar?

 
 
  • Oscilaciones en el peso.
  • Pérdida de peso o miedo excesivo a subir de peso.
  • Preocupación exagerada por la figura y el peso.
  • Dietas anómalas, peculiares e hipo- calóricas sin control.
  • Ciclos menstruales irregulares, que pueden llegar a la ausencia de la menstruación.
  • Ejercicio exagerado para perder peso.
  • Amenorrea (ausencia de la menstruación).
  • Osteoporosis.
  • Interés exagerado en los alimentos: conteo de calorías, saltarse las comidas, restricción de alimentos calóricos, gran selectividad, presencia de fobias alimentarias o rituales (por ejemplo, se evita la mezcla de los alimentos).
  • Signos del sistema digestivo como dolor abdominal o constipación.
  • Considerar si a lo anterior se suman cambios de ánimo, depresión, irritabilidad, aislamiento de los pares, negación a participar en actividades grupales.
 
 

¿Qué signos físicos hacen sospechar?

 
 
  • Erosión del esmalte dental y caries.
  • Erosión de los nudillos de las manos.
  • Debilidad muscular
  • Uñas quebradizas.
  • Alteraciones del pelo y la piel.
  • Frialdad de extremidades.
 
 

Trastorno por Atracón o Binge Eating Disorder (BED)

 
 
Consiste en episodios de ingesta compulsiva en los que se consume gran cantidad de alimentos durante un determinado periodo, superior a lo que comería una persona normal en circunstancias parecidas. Todo esto, acompañado por la sensación de pérdida de control.

Se diferencia de la bulimia porque quienes lo padecen no controlan el exceso de comida mediante conductas compensatorias, como los vómitos ni el abuso de laxantes. Afecta a aproximadamente del 2 al 5% de la población general y es más frecuente en las mujeres que en los hombres, afectando al 30% de las personas que participan en programas de control de peso.
 
 

¿Qué conductas hacen sospechar?

 
 
Episodios recurrentes de compulsión alimentaria (atracones) que se asocian a por lo menos tres de las siguientes conductas:
 
  • Comer más rápido que lo normal.
  • Comer hasta tener una sensación desagradable de “lleno”.
  • Ingerir cantidades enormes de comida sin tener sensación de hambre.
  • Comer solo (sin compañía) por sentirse avergonzado de las enormes cantidades que se ingiere.
  • Sentirse muy enojado consigo mismo, con sensación de culpa o deprimido después del atracón.
  • Profunda angustia en relación con la conducta alimentaria.
 
 

¿Qué suele desencadenar un atracón?

 
 
  • Sentimientos desagradables: como soledad, aburrimiento, pena e irritabilidad.
  • Sentirse “gordo”: se asocia a un estado de ánimo desagradable, común entre las personas que están preocupadas por su figura.
  • Aumentar de peso: en aquellas personas preocupadas por su figura corporal, al percibir la más mínima variación, se puede precipitar una reacción negativa, generándose un abandono de los intentos de controlar la ingesta y comiendo de forma compulsiva.
  • La dieta y el hambre asociada a ella: las personas que sufren de ingesta compulsiva suelen comer muy poco fuera de los episodios de atracones. La privación de alimentos genera una presión psicológica y fisiológica hacia la ingesta y una vez que ésta se inicia es difícil detenerla.
  • Romper cualquier aspecto de la dieta impuesta puede desencadenar una ingesta compulsiva.
  • Falta de estructuración del tiempo: la falta de ocupaciones o el aburrimiento puede desencadenar una ingesta compulsiva.
 
 

Complicaciones físicas

 
 
Sobrepeso y obesidad. Un 30% de los pacientes obesos presenta un trastorno por atracón. Además, existe un mayor riesgo de las siguientes condiciones:

 
  • Colesterol alto.
  • Presión sanguínea alta.
  • Diabetes.
Enfermedad de la vesícula biliar.
  • Cardiopatía.
  • Algunos tipos de cáncer.
  • Mayor riesgo de enfermedades psiquiatritas, en particular la depresión.
 
 
 

Anorexia nerviosa (AN)

 
 
Es una enfermedad psiquiátrica caracterizada por una seria alteración de la percepción de la imagen corporal. La persona se “ve y se siente gorda”, a pesar de no estarlo, y recurre a distintos métodos para lograr perder peso, basados fundamentalmente en una restricción anormal de la ingesta de alimentos, seguido por patrones muy rígidos y selectivos que, al mismo tiempo, son irregulares y desordenados. También se puede asociar a formas muy poco saludables de control de peso, como la autoinducción de vómitos, uso de diuréticos, laxantes y práctica de ejercicio excesivo.
 
 

¿Qué conductas hacen sospechar?

 
 
  • Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla.
  • Miedo intenso a subir de peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
  • Alteración de la percepción del peso o la silueta corporal, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que provoca el bajo peso corporal.
 
 

Complicaciones físicas

 
 
  • Osteopenia y osteoporosis, lo que afecta a más de un 38% de los pacientes.
  • Cambios funcionales y estructurales a nivel cerebral.
  • Complicaciones cardiovasculares.
  • Trastornos hidroelectrolíticos y de función inmune.
  • Amenorrea prolongada (suspensión del ciclo menstrual normal).
  • Problemas hormonales: resistencia a la hormona de crecimiento, elevación de cortisol y baja producción de otras hormonas, como IGF-1 y leptina.
 
 

Tipos de anorexia nerviosa

 
 
-Anoréxicas restrictivas: pacientes que logran perder peso restringiendo su dieta. No utilizan métodos purgativos y no tienen episodios de descontrol. Esta restricción puede complementarse con ejercicio excesivo e hiperactividad.

-Anoréxicas purgativas: pacientes que, además de hacer dieta, utilizan m todos purgativos para eliminar la comida ingerida. La purga puede darse después de una cantidad mínima de comida, de una ingesta normal, o después de un atracón.

Los pacientes con anorexia nerviosa tienen un riesgo de muerte 4 veces mayor que jóvenes sanos de igual edad y sexo. Si sospechas que algún familiar puede estar sufriendo algunos de estos desórdenes, consulta a la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Clínica Las Condes.


Vista 2880 veces
Leer articulo completo

Noticias relacionadas

Primer verano sin mascarillas

28 de febrero, 2023 Tratamiento y Recuperación

Gracias a las altas tasas de vacunación y disminución de los casos de Covid-19 activos, este verano disminuyeron las restricciones, sin embargo, el virus continúa presente y debemos seguir cuidándonos.

Leer más

Osteorporosis: uno de los efectos del Covid-19

29 de diciembre, 2022 Tratamiento y Recuperación

Conoce el impacto de la pandemia y el encierro en la salud ósea.

Leer más

Comentarios

Comments
Este post actualmente no tiene comentarios