'Mi hijo tiene un soplo'

Si es el diagnóstico, no te asustes. Lo fundamental es consultar precozmente con el especialista, quien podrá aclarar sus dudas y descartar causas importantes.


Un soplo al corazón médicamente significa que al auscultar a un niño hay un ruido que no corresponde a los sonidos habituales del corazón. El nombre ‘soplo’ lo propusieron los médicos antiguos, quienes notaron que existía similitud entre lo que oían y el sonido que se escucha al soplar. Es importante destacar que los soplos, por lo general, se detectan durante los primeros meses de vida, pero también se pueden captar cuando los niños son un poco mayores, debido a que se necesita que ocurran procesos adaptativos posteriores al nacimiento, sobre todo a nivel pulmonar, para que algunos de éstos sean audibles.

Por lo general, los soplos son descubiertos por el pediatra y es él quien deriva al niño a un cardiólogo infantil para un diagnóstico clínico que determine qué tipo de soplo es.

Con cierta frecuencia es necesario realizar exámenes adicionales como electrocardiograma, radiografía de tórax y ecocardiografía, para llegar a un diagnóstico definitivo. “Los soplos son relativamente frecuentes en los infantes y gran parte de ellos no requiere tratamiento sino sólo control. Por otra parte, se cree que se deben a múltiples factores, principalmente genéticos y ambientales”, comenta el cardiólogo infantil de CLC, Luis Cárdenas.

¿Qué hacer?

Si tu hijo tiene un soplo, calma. Lo primordial es saber que los soplos pueden corresponder a dos situaciones. En la primera, el soplo se denomina inocente o funcional. No tiene origen en malformación o enfermedad alguna, sino en determinadas características del corazón que, en esta primera etapa de la vida, producen este ruido. El soplo inocente generalmente se resuelve en forma espontánea con el crecimiento. Pero aún si persiste en la vida, no requerirá tratamiento ni control especial.

En la segunda, sí existe una malformación, enfermedad cardíaca u otra condición que produce el soplo, desde las más simples y que sólo requieren de controles con su médico hasta las que necesitan tratamiento por vía quirúrgica o endovascular. Según el cardiólogo, “estos tratamientos son muy positivos y un gran porcentaje de los niños que se operan quedan con la enfermedad resuelta. Si bien siempre se van a tener que controlar, los menores logran tener una vida normal, con muy pocas o sin restricciones”.

En definitiva, en el caso de los soplos al corazón, lo importante es actuar con calma pero sin demora. La precocidad en el diagnóstico puede determinar en gran parte el éxito del tratamiento.

Cifras

  • El 1% de los niños que nace tiene una malformación cardíaca que requiere de control o tratamiento.

Si tu hijo tiene un soplo:

  • Tómalo con calma, pero no espere para consultar al especialista.
  • Busca una opinión experimentada, ya que el éxito del tratamiento depende en gran parte de un diagnóstico certero y precoz.