Molestias y golpes en los testículos

Se derriba un mito: en la mayoría de los casos, los golpes en los testículos no tienen consecuencia en la salud del paciente.


Es "vox populi": todo hombre tiene su talón de Aquiles, uno que le hace inclinar su cabeza e, incluso, arrodillarse. Ninguno aguanta un golpe en la parte "donde más duele": los testículos. Aunque el macho tienda a evitar al médico, suele ocurrir que a la menor molestia en la zona genital termine preguntando: ¿Tendré cáncer? ¿Estoy quedando infértil? ¿Corro el riesgo de perder un testículo?

Estos mitos, sin embargo, están comenzando a derrumbarse gracias a la medicina. En una gran mayoría de los casos, las consultas por dolores testiculares corresponden a molestias anodinas, que no constituyen enfermedad alguna. No hay relación entre un golpe en los genitales con el desarrollo de un cáncer o en una alteración en la fertilidad.

En todo caso, el dolor es una manifestación de que algo puede estar sucediendo, razón por la que es bueno estar atento a su evolución. Hay que considerar la alta sensibilidad de este órgano a todo contacto físico y estados tensionales provocando contracturas musculares y espasmos de la vía seminal, como explicación frecuente de dolor testicular.

Distintas dolencias

Si el dolor testicular es crónico - prolongado, pero no intenso - estamos hablando de una situación más vinculada a la alta sensibilidad de este órgano que a una enfermedad. En ocasiones, en la revisión urológica se puede llegar a encontrar quistes en el epidídimo (órgano adosado al testículo que da inicio a la vía seminal), hidrocele (mayor cantidad de líquido) o un varicocele (dilatación de las venas del testículo), que en su mayoría no son significativos desde el punto de vista clínico, por lo que su intervención quirúrgica no necesariamente pone fin al malestar, pues se trata de anomalías compatibles con un hombre sano.

La situación cambia cuando existe un dolor testicular agudo (brusco y de alta intensidad). Si no hay un golpe previo, puede ser la manifestación de una torsión testicular, que es la rotación del cordón inguinal que va al testículo. Con la rotación se compromete la irrigación sanguínea, pudiendo evolucionar a la necrosis isquémica (muerte) del testículo. En este caso, se debe consultar rápidamente al Servicio de Urgencia para ser evaluado por un urólogo. Frente a la sospecha de una torsión testicular, la exploración quirúrgica debe ser inmediata, idealmente antes de las seis horas.

Un dolor agudo también puede ser indicio de un infarto testicular, asociado o no a un tumor testicular.

Cuando el dolor agudo es producido por un golpe, hay que estar atento a su intensidad y al hallazgo de alteraciones en el lugar afectado. Si el dolor va decreciendo con las horas, no hay para qué preocuparse. Pero si se mantiene la intensidad y hay alteraciones como hematomas, edema (aumento en el volumen) o un cambio en su consistencia (aparición de algo anormal al tocarlos), es recomendable acudir al Servicio de Urgencia. Muchas veces será necesario ser visto por un urólogo. En estos casos, la ecotomografía testicular será de gran ayuda para saber si se ha producido alguna alteración de cuidado. En una pequeña proporción de los traumatismos, se produce la ruptura del testículo. En ese caso, se debe realizar una exploración quirúrgica para reparar el órgano dañado.