Incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria, consistente en la pérdida involuntaria de orina, es una afección muy frecuente que puede aparecer a cualquier edad.

La incontinencia urinaria consiste en la pérdida involuntaria de orina, debido a alguna alteración en el funcionamiento del aparato vésico-esfinteriano . Esta es una afección muy frecuente, que puede aparecer a cualquier edad, tanto en hombres como en mujeres y que toma diversas formas. Por ejemplo, enuresis nocturna (niños que mojan la cama), incontinencia urinaria de esfuerzo (especialmente en mujeres que han tenido varios partos), incontinencia del anciano, vejiga neurogénica , etc.


A pesar de su gran frecuencia, dado que afecta a una parte tan íntima de la persona, raramente se habla de ella. Para la mayoría de los pacientes constituye un drama que no sólo los limita desde un punto de vista físico, sino también sicológico. La incontinencia urinaria causa un importantísimo deterioro en la calidad de vida de quienes la sufren.

¿Cuál es la función de la vejiga?

La vejiga y el esfínter (músculo que cierra la salida de la vejiga) tienen por objeto almacenar la orina producida por los riñones, para expulsarla luego voluntariamente.

¿Por qué se produce la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria no es una sola enfermedad. La pérdida involuntaria de orina puede ser consecuencia de diversas alteraciones del funcionamiento de la vejiga y el esfínter. Por ejemplo, puede producirse porque la vejiga no tiene capacidad de almacenamiento (es muy pequeña); se contrae involuntariamente en cualquier momento, sin aviso previo; es incapaz de vaciarse espontáneamente y permanece casi siempre llena, ocasionando un "rebalse" urinario. Esto último se conoce precisamente como incontinencia por rebalse.

También puede desencadenarse incontinencia debido a que el esfínter no se cierra adecuadamente. Esto puede ocurrir independientemente o como parte de un prolapso. En este caso, el tratamiento de la incontinencia y del prolapso se puede hacer en forma combinada.

En otros casos, es el esfínter mismo el que no funciona, recibiendo el nombre de incompetencia esfinteriana.

Diagnóstico preciso

Cada una de estas alteraciones requiere un tratamiento diferente. Por eso es fundamental contar con un diagnóstico preciso, que permita conocer cuál es la alteración de la función de la vejiga o del esfínter que se esconde detrás de cada caso. Esto, con el objeto de planificar un tratamiento apropiado, con las mejores probabilidades de éxito.

¿Cuáles son los primeros pasos para tratar una incontinencia urinaria?

El estudio de la incontinencia urinaria comienza con la visita al urólogo, quien realizará una evaluación clínica inicial, de laboratorio y algunas veces radiológica. Si bien esta última entrega valiosa información, no siempre es capaz de dilucidar con precisión la causa de la incontinencia urinaria de un paciente determinado.

El estudio urodinámico

Este examen está específicamente diseñado para conocer el funcionamiento de la vejiga y del aparato esfinteriano, permitiendo estudiar con gran precisión la causa de los cuadros de incontinencia urinaria.

Por eso, a través de un equipo computarizado de urodinamia, se permite la realización rápida y cómoda de dicho estudio revisando puntos como:

 

  • El flujo de orina que un paciente es capaz de producir mediante una contracción voluntaria de la vejiga.
  • La capacidad de la vejiga y la presión que ésta genera, tanto cuando almacena orina, como cuando produce una micción.
  • Las presiones ejercidas por el esfínter para evitar el escape de orina.
  • La actividad eléctrica del aparato esfinteriano.
 

Este equipo también permite realizar estudios videourodinámicos para análisis muy sofisticados de la morfología y la función de la vejiga, y están indicados en los casos más complejos.

Toda esta información es almacenada en un computador para su procesamiento y así caracterizar en forma precisa el funcionamiento del aparato vésico-esfinteriano y sus posibles alteraciones. Al proporcionar un diagnóstico completo y preciso de las alteraciones funcionales que se esconden detrás de la incontinencia urinaria, este estudio posibilita la planificación adecuada del tratamiento que se debe seguir.

Tipos de incontinencia urinaria

  • Enuresis
    Es la incontinencia nocturna en niños o adultos. El tratamiento es medicamentoso y con programas de reeducación.
  • Incontinencia urinaria de esfuerzo
    Se presenta fundamentalmente en las mujeres peri o post-menopáusicas que han tenido varios partos. Se caracteriza por escape involuntario de orina al momento de toser, estornudar, hacer deportes o realizar algún esfuerzo abdominal. En los casos más severos, se produce escape de orina incluso con esfuerzos menores como caminar o subir escalas. Los casos leves son susceptibles de manejarse con ejercicios que refuercen el piso del periné. Los severos requieren cirugía, la que como se explicó previamente, es mínimamente invasiva.
  • Síndrome de urgencia incontinencia
    Este cuadro puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en niños menores, en mujeres en edad pre o postmenopáusica y en ancianos.

    Se caracteriza por micciones frecuentes y sensación de urgencia en el momento de aparecer el deseo miccional. Se puede acompañar de urge incontinencia, vale decir, sensación de urgencia y escape incontrolado de orina. Esta patología es, por lo general, de tratamiento medicamentoso.
  • Incontinencia urinaria del anciano
    Es de gran frecuencia y no debe considerarse como una consecuencia natural del envejecimiento, sino como una enfermedad solucionable, ya que produce tremendos efectos sicológicos y sociales en los ancianos: los lleva al aislamiento y deteriora su calidad de vida.

    La incontinencia de estos pacientes puede ser de diversos tipos. Más frecuentemente, corresponde a urge incontinencia, de tratamiento medicamentoso.
  • Vejiga neurogénica
    Son las alteraciones de la función de la vejiga, que provienen de una lesión de la médula espinal, de los nervios periféricos o de algún otro nivel del sistema nervioso. Así como se puede perder el control del movimiento de una extremidad (pierna o brazo), también se pierde el control de la vejiga, que actúa sin recibir órdenes del paciente.

    Las alteraciones de la función de la vejiga, en estos casos, pueden ser múltiples y no sólo generar incontinencia, sino también poner en peligro la función de los riñones y por lo tanto la vida del paciente.

    En la mayoría de los casos, los portadores de vejiga neurogénica requieren un tratamiento conservador, que incluye medidas de autocuidado.

    En un porcentaje relativamente importante, se puede requerir de cirugía reconstructiva, la cual es más extensa, pero de excelente resultado.