Andropausia, el bajón hormonal de los hombres

Qué efectos tiene y cómo enfrentar la disminución progresiva del principal andrógeno masculino: la testosterona.


¿Qué es la andropausia?

¿Qué es la andropausia?

A partir de los 35 años, comienza una disminución lenta pero progresiva de los niveles de testosterona, el principal andrógeno masculino. Está calculado que esta hormona disminuye a razón de un 1 por ciento anual. Es frecuente que a los 55 años esta baja se note. A ese cuadro comúnmente se le llama Andropausia, aunque los urólogos prefieren llamarlo síndrome de deficiencia androgénica del hombre adulto, en inglés ADAM.

¿Cuáles son los síntomas?

En el plano sexual, que es el que más preocupa y motiva a consultar, es la disminución de la libido y la capacidad eréctil. Pero el espectro de síntomas es más amplio. Pueden presentarse cambios del carácter, irritabilidad, depresión, baja de la concentración, cansancio, pérdida de masa muscular y aumento de grasa. También favorece la anemia y la osteoporosis. Cuando llegan a consultar comúnmente dicen: “Doctor, siento que no soy el mismo”. La sensación del paciente es que se le agotó la pila.

¿Es equivalente a la menopausia de las mujeres?

No es correcto hacer una analogía porque son procesos distintos. La menopausia es un fenómeno bastante regular que le ocurre a todas las mujeres y marca el fin de la etapa reproductiva. La baja de la testosterona no afecta a todos los hombres, es un proceso más gradual y no se relaciona con la capacidad de procrear. De ahí que los términos de andropausia o climaterio masculino no sean correctos.

¿Cuándo se justifica recurrir a un tratamiento de reemplazo hormonal y qué efectos tiene?

El criterio para el tratamiento hormonal debe considerar la severidad de los síntomas, los niveles de testosterona y los riesgos que éste tendría. Existen contraindicaciones, como el cáncer prostático. En general, el uso está indicado cuando la testosterona total es inferior a 300 ng/dl (10,4 nmol/lt), lo que se mide en un examen de sangre. La idea es mantener niveles entre 500 a 550 ng/dl.

¿Qué beneficios tiene la terapia hormonal en un hombre con deficiencia androgénica?

El aporte de testosterona exógena beneficia algunos parámetros que mejoran la calidad de vida del paciente: tienen más ánimo, les mejora el carácter, aumenta la masa muscular y disminuye la grasa magra, por lo que su apariencia mejora. Lo más importante: mejora la libido y su función eréctil, lo que lo ayuda a fortalecer su autoestima y su actitud frente a la pareja.

¿A partir de qué edad es recomendable recurrir a la terapia de reemplazo hormonal?

La indicación depende de las circunstancias. En los casos de hipogonadismo total o severo (deficiencia del funcionamiento testicular) el reemplazo está indicado a cualquier edad. En los casos de ADAM es importante considerar el beneficio versus el riesgo del tratamiento. Cuando a un paciente se le aporta testosterona externa, se bloquea la producción propia en los testículos. Al suspender el reemplazo esta producción demora entre tres a seis meses en recuperarse, dependiendo de cuánto tiempo estuvo bloqueada. Por eso no se recomienda en hombres menores de 55 años y en casos en que la testosterona está justo en el límite entre lo normal y el mínimo aceptable.


Cómo saber si tengo deficiencia Androgénica
  • Para determinar si un hombre tiene una deficiencia androgénica, además de tomar en cuenta los síntomas, se le pide un estudio de la testosterona. Conjuntamente se estudia el eje hipotálamo –hipofisiario– gonadal.
  • Se recomienda el reemplazo hormonal cuando la testosterona total es inferior a 300 ng/dl o la biodisponible menor a 80 ng/dl. El uso de testosterona exógena inhibe la producción endógena por lo que no se produce efecto sumatorio.
  • El tratamiento con testosterona tiene riesgos y contraindicaciones. Debe ser indicado y controlado por un urólogo.
  • La terapia de reemplazo hormonal tiene distintas vías de administración: vía oral en comprimidos, transdérmica en parche o gel e inyectable. Esta última puede ser de corta duración (3 a 4 semanas) o de liberación lenta (3 a 6 meses).